Joaquín, junto a su mujer, Rosina, el Cardenal de Madrid, don Carlos Osoro, y sus hijas |
Después de la celebración, Joaquín y otro candidato que también fue ordenado en la misma celebración, Juan Carlos Guillen, leyeron su acción de gracias, que compartimos a continuación, y entregaron unos lirios a sus mujeres.
Eminentísimo y Reverendísimo Señor D. Carlos Osoro, Señores Vicarios, Párrocos, Sacerdotes concelebrantes, diáconos y a todos los aquí presentes. En este día tan especial en el que Dios nos ha hecho un regalo tan grande como es el orden del diaconado queremos mostrar nuestro agradecimiento a todos aquellos que nos han acompañado hasta este momento.En primer lugar a Dios Nuestro Señor que nos ha llamado a esta vocación, a la que nos ha ido preparando desde siempre, nos ha cuidado con esmero, nos ha mostrado su infinito amor y nos ha llenado de su Espíritu Santo para que seamos fieles servidores suyos. A la Iglesia porque nos ha considerado válidos para ejercer este ministerio y nos proporciona los medios y las personas para llevarlo a cabo. A D. Carlos, nuestro Pastor, que con su presencia aquí, nos muestra su cercanía y el valor que concede al ministerio del diaconado permanente.
Queremos dar gracias a Dios por todos nuestros formadores en el diaconado, D. Andrés Martínez, D. Javier Cuevas y D. Juan Carlos Vera que nos han acompañado con paciencia y afecto durante estos años y a los que debemos el afianzamiento de nuestra vocación y su preocupación por llevarla a buen término.
A nuestros párrocos D. Pedro Pablo y D. Gonzalo, bajo cuya estricta mirada hemos ido
creciendo y aprendiendo lo que es el servicio y la entrega a los demás. En especial queremos agradecer a D. Pedro Pablo y a toda la Parroquia de La Asunción de Nuestra Señora su acogida para poder celebrar esta gran fiesta. No podemos olvidar al coro que tan gratamente nos ha deleitado y embellecido esta celebración.
También agradecemos a Dios por nuestros profesores de la Universidad San Dámaso que nos han transmitido amplios conocimientos y nos han iniciado en muchos campos del saber. Agradecemos al Señor el haber puesto en nuestro camino a la familia diaconal que con su cogida fraternal y ejemplo ha sido una motivación para consolidar nuestra vocación.
También por nuestro amigos y compañeros que nos han animado ha seguir este camino de servicio. Queremos hacer un agradecimiento especial al movimiento Regnum Christi, a la Legión de Cristo y a la Adoración Nocturna Española.
Gracias especialmente a nuestro padres que pusieron la semilla de la fe en nuestros corazones y la vieron crecer con su entrega y dedicación. A nuestros hermanos y familia más cercana , que han vivido con interés y cariño esta etapa larga de formación.
Por nuestros hijos e hijas con los que hemos compartido momentos de estudio, experimentado ausencias y que han querido sumarse a esta fiesta del servicio a los demás. Queremos agradecer a Dios el que haya puesto en nuestro camino a dos personas muy importantes para nosotros y sin cuyo consentimiento no podríamos haber sido ordenados, nuestras esposas, ejemplos de paciencia, entrega y amor que comparten nuestra vocación y nos sostienen en nuestra vida cotidiana.
Con su permiso, D. Carlos queremos hacerles entrega a cada una de ellas de un lirio, que simboliza la vocación de servicio que compartió San José con la Virgen María, cuando , según la tradición, de su bastón brotó esta flor que le eligió como varón digno de tal privilegio.
Queremos dar gracias a Dios por todos nuestros formadores en el diaconado, D. Andrés Martínez, D. Javier Cuevas y D. Juan Carlos Vera que nos han acompañado con paciencia y afecto durante estos años y a los que debemos el afianzamiento de nuestra vocación y su preocupación por llevarla a buen término.
A nuestros párrocos D. Pedro Pablo y D. Gonzalo, bajo cuya estricta mirada hemos ido
creciendo y aprendiendo lo que es el servicio y la entrega a los demás. En especial queremos agradecer a D. Pedro Pablo y a toda la Parroquia de La Asunción de Nuestra Señora su acogida para poder celebrar esta gran fiesta. No podemos olvidar al coro que tan gratamente nos ha deleitado y embellecido esta celebración.
También agradecemos a Dios por nuestros profesores de la Universidad San Dámaso que nos han transmitido amplios conocimientos y nos han iniciado en muchos campos del saber. Agradecemos al Señor el haber puesto en nuestro camino a la familia diaconal que con su cogida fraternal y ejemplo ha sido una motivación para consolidar nuestra vocación.
También por nuestro amigos y compañeros que nos han animado ha seguir este camino de servicio. Queremos hacer un agradecimiento especial al movimiento Regnum Christi, a la Legión de Cristo y a la Adoración Nocturna Española.
Gracias especialmente a nuestro padres que pusieron la semilla de la fe en nuestros corazones y la vieron crecer con su entrega y dedicación. A nuestros hermanos y familia más cercana , que han vivido con interés y cariño esta etapa larga de formación.
Por nuestros hijos e hijas con los que hemos compartido momentos de estudio, experimentado ausencias y que han querido sumarse a esta fiesta del servicio a los demás. Queremos agradecer a Dios el que haya puesto en nuestro camino a dos personas muy importantes para nosotros y sin cuyo consentimiento no podríamos haber sido ordenados, nuestras esposas, ejemplos de paciencia, entrega y amor que comparten nuestra vocación y nos sostienen en nuestra vida cotidiana.
Con su permiso, D. Carlos queremos hacerles entrega a cada una de ellas de un lirio, que simboliza la vocación de servicio que compartió San José con la Virgen María, cuando , según la tradición, de su bastón brotó esta flor que le eligió como varón digno de tal privilegio.
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