Héctor Gardó Huerta, presidente de la Asociación Espiral, Educación y Tecnología, cuenta en su página web cómo nació la idea de los premios y explica qué es lo que estos reconocen: "Pensábamos que eran las metodologías, las herramientas o la tecnología… ¡pero eran las personas!".
Los objetivos del premio son valorar la importancia y repercusión de experiencias educativas, apoyadas en tendencias en práctica y en perspectiva, desarrolladas con ayuda de herramientas digitales, para el desarrollo de contenidos curriculares y motivación de los alumnos; reconocer el trabajo de los distintos profesionales de la educación a través de la aplicación de distintas tendencias educativas en el aula; servir de escaparate motivador de una corriente educativa en la red, que ayuda a la generalización de metodologías activas y del uso de herramientas digitales en el aula.
"La revolución educativa que nos atraviesa llegó principalmente de la mano de internet", cuenta el presidente de Espiral. Gracias a esta ventana de libertad, muchos docentes han podido plasmar y compartir su experimentación y devoción por la educación. Los blogs educativos han formado parte de esta "demolición de los muros que nos dividían y debilitaban". Así, durante 12 ediciones, el Premio Edublogs fue el espacio de reconocimiento para aquellos blogs que destacaban por su calidad, generosidad y compromiso. Cientos premiados, y cientos aún por premiar. En el recorrido, la Asociación se ha dado cuenta de que no estaban premiando blogs, sino que estaban dando las gracias a cientos de docentes que regalaban lo mejor que tenían, su tiempo y su saber, sin esperar nada a cambio.
Por estas y otras razones, nace el Premio Espiral. La oportunidad de visibilizar aquellas experiencias educativas diseñadas por docentes que apuestan por una educación aún más abierta, transformadora y justa. "Lo queremos hacer inspirándonos en el pasado, analizando el presente y mirando al futuro", concluye así Gardó.
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