De este modo, Francisco indicó a los religiosos españoles que “la Iglesia nos necesita profetas, es decir, hombres y mujeres de esperanza”. El Papa dijo que todos conocen las “dificultades que vive hoy la vida religiosa, como la disminución de vocaciones y el envejecimiento de sus miembros, problemas económicos y el reto de la internacionalidad y la globalización, las insidias del relativismo, la marginación y la irrelevancia social…”.
"Un gran desafío"
Sin embargo, agregó que “es este un gran desafío: estar al lado de lado de los jóvenes para contagiarlos con la alegría del Evangelio y la pertenencia a Cristo. Se necesitan religiosos audaces, que abran nuevos caminos y un planteamiento de la cuestión vocacional como opción fundamental cristiana”.
En su mensaje, Francisco destacó que la “vida consagrada camina en santidad. Como religiosos debemos obsesionarnos, desgastarnos y cansarnos viviendo las obras de misericordia, que son el programa de nuestra vida”.
"Respuestas y decisiones audaces"
En su mensaje, Francisco destacó que la “vida consagrada camina en santidad. Como religiosos debemos obsesionarnos, desgastarnos y cansarnos viviendo las obras de misericordia, que son el programa de nuestra vida”.
"Respuestas y decisiones audaces"
Pero aclaró que “no se trata de ser héroes ni presentarnos a los demás como modelos, sino de estar con los que sufren, acompañar, buscar con otros caminos alternativos, conscientes de nuestra pobreza, pero también con la confianza puesta en el Señor y en su amor sin límites”.
“Los retos que se presentan a la vida religiosa hoy en día son muchos. La realidad que nos toca vivir requiere respuestas y decisiones audaces ante estos desafíos. Los tiempos han cambiado y nuestras respuestas han de ser distintas. Os animo a dar respuesta, tanto a situaciones estructurales que requieren nuevas formas de organización, como a la necesidad de salir y buscar nuevas presencias para ser fieles al Evangelio y cauces del amor de Dios. La vida de oración, el encuentro personal con Jesucristo, el discernimiento comunitario, el diálogo con el obispo han de ser prioritarios a la hora de tomar decisiones”, sentenció.
“Los retos que se presentan a la vida religiosa hoy en día son muchos. La realidad que nos toca vivir requiere respuestas y decisiones audaces ante estos desafíos. Los tiempos han cambiado y nuestras respuestas han de ser distintas. Os animo a dar respuesta, tanto a situaciones estructurales que requieren nuevas formas de organización, como a la necesidad de salir y buscar nuevas presencias para ser fieles al Evangelio y cauces del amor de Dios. La vida de oración, el encuentro personal con Jesucristo, el discernimiento comunitario, el diálogo con el obispo han de ser prioritarios a la hora de tomar decisiones”, sentenció.
Con información de Religión en Libertad
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