El rito comenzó con la renovación de las promesas del bautismo, y luego el Obispo les impuso las manos orando a Dios para que recibieran el Espíritu Santo. El rito concluyó con la crismación, el momento más importante de la celebración, en el que el Obispo ungió la frente de los alumnos, haciéndoles la señal de la cruz y dándoles un abrazo.
Monseñor Antoni Vadell animó a los alumnos a dejarse amar por Dios y trasladar ese amor a los demás. También felicitó a la comunidad educativa del Colegio, especialmente al Equipo de Pastoral, por la tarea de preparación y acompañamiento que realizan. La celebración terminó con un picoteo en el claustro del Colegio.
Monseñor Antoni Vadell animó a los alumnos a dejarse amar por Dios y trasladar ese amor a los demás. También felicitó a la comunidad educativa del Colegio, especialmente al Equipo de Pastoral, por la tarea de preparación y acompañamiento que realizan. La celebración terminó con un picoteo en el claustro del Colegio.
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