“El día comenzó con una oración de ofrecimiento y la lectura del Evangelio para iniciar una caminata ‘un poco penitencial’ de algo más de dos horas por los alrededores del monasterio guiados por los Hermanitos José y Natanael.
Al mediodía asistimos a la celebración de la misa conventual cantada con toda la Comunidad del Cordero en una capilla muy sencilla y acogedora del monasterio cercano de las Hermanitas. La Eucaristía ha sido preciosa, con muchos tiempos largos de silencio para meditar las lecturas y de oración después de la comunión.
Y como dice el refrán, ¡de la misa a la mesa!
Participamos en lo que ellos llaman mesa abierta donde nos invitaron a compartir con ellos nuestra vida de fe en el Regnum Christi y hablar desde el corazón. Es muy conmovedor y esperanzador comprobar cómo en pleno siglo XXI estos jóvenes monjes son capaces de viajar en autoestop más de 500 kilómetros para llevar a cabo su misión. La jornada finalizó con el rezo del Rosario.
Una nueva Monasteriada muy provechosa que nos ayuda a conocer la riqueza de nuestra querida Iglesia Católica y a dar a conocer el Regnum Christi con nuestro testimonio”.
Y como dice el refrán, ¡de la misa a la mesa!
Participamos en lo que ellos llaman mesa abierta donde nos invitaron a compartir con ellos nuestra vida de fe en el Regnum Christi y hablar desde el corazón. Es muy conmovedor y esperanzador comprobar cómo en pleno siglo XXI estos jóvenes monjes son capaces de viajar en autoestop más de 500 kilómetros para llevar a cabo su misión. La jornada finalizó con el rezo del Rosario.
Una nueva Monasteriada muy provechosa que nos ayuda a conocer la riqueza de nuestra querida Iglesia Católica y a dar a conocer el Regnum Christi con nuestro testimonio”.
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