1 de mayo de 2019

Ambientes Seguros | Isabel Mónaco: en caso de abuso, el Regnum Christi tiene protocolos para llegar “a la verdad de los hechos con todas sus consecuencias”

La responsable de Ambientes Seguros para nuestros menores en el territorio, Isabel Mónaco, nos explica en esta parte de la entrevista cómo se procede en caso de que haya un incumplimiento del código de conducta que todo legionario, consagrada, consagrado, laico, trabajador de nuestras obras… debe cumplir, y lo mismo si se trata de un abuso. En cualquier caso, el Regnum Christi cuenta desde 2015 con una serie de protocolos que ayudan a llevar correctamente estos procedimientos de forma que se pueda prestar el apoyo oportuno a la víctima, se proteja al resto de menores, y donde también queda claro que se denunciará ante las autoridades judiciales a la persona en cuestión, sea quien sea.


Y si alguien ve una trasgresión del código de conducta o denuncia que ha sufrido un abuso, ¿cómo se procede?

En el Regnum Christi nos preocupan nuestros menores y por eso en caso de que haya algún indicio, se investiga de acuerdo con unos protocolos de actuación. Estos siguen pasos estandarizados de acción y los hay tanto para incumplimiento del código de conducta, como para denuncia por abuso sexual.

En el protocolo de transgresión del código de conducta se explica que quien lo observe debe dirigirse al director de la obra. En el protocolo se indica la forma en la que se debe informar al director de la obra y siempre dejando constancia por escrito: día, hora, lugar, suceso, implicados… A partir de ese momento, la responsabilidad pasa al director, el cual, al recibir el informe, debe proceder a reunirse con la persona que presuntamente ha transgredido el código de conducta, y debe hacer un discernimiento con ella acerca de si lo que ha sido denunciado es o no una transgresión del código. Y si se ve que hay un incumplimiento se debe aplicar una sanción.

No están fijadas por escrito la sanciones, pero el protocolo señala que puede llegarse incluso al despido del trabajador.

Y ¿en el caso de abuso?
Algo parecido, solo que las denuncias pueden llegar por parte de la víctima o bien por un observador, puesto que todos somos responsables del cuidado de los menores.

Lo que indica el protocolo, ante todo, es la acogida a la víctima y a su familia. La persona que recibe la denuncia debe poner en contacto al denunciante con el responsable de la obra de forma inmediata para que este active el protocolo. El denunciante también puede ir al coordinador de ambientes seguros del territorio o al responsable pastoral de ambientes seguros de cada una de las ramas, según sea el denunciado.

Por supuesto se le ofrece todo el apoyo y la garantía de que vamos a colaborar con la familia y con las autoridades, así como la disposición de la congregación de que se quiere llegar a la verdad de los hechos con todas sus consecuencias.

La persona que ha activado el protocolo debe elaborar un informe completo de lo que se le denuncia, y remitirlo al director correspondiente según la rama correspondiente dentro del Regnum Christi: al P. Carlos Zancajo, L.C., en el caso de que sea una denuncia en contra de un legionario; a Emilio Martínez, en el caso de que el denunciado sea un laico consagrado; o a Lourdes Santos, en el caso de las consagradas.

El protocolo también establece un periodo de 48 a 72 horas para responder a la presunta víctima y a su familia sobre cómo se va a proceder. El director territorial con la Junta de Revisión, que es un órgano asesor, hace un juicio de verosimilitud. Si la denuncia es verosímil continúa el protocolo, pero si no es verosímil se informa a la víctima de este juicio y se le informa que, si considera oportuno, vaya a denunciar ante la fiscalía de menores.

¿Y si el denunciado de un legionario?
En el caso de que el acusado sea miembro de la congregación y admita el abuso, el director territorial avisará al director general y se procederá a informar a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma. Y desde el punto de vista penal, también denunciará al abusador ante la fiscalía de menores con el asesoramiento jurídico.

Muchas veces las víctimas no quieren denunciar, pero nosotros tenemos la obligación de animar a que lo hagan, y si el juicio de verisimilitud así lo acredita, la congregación denunciará a la persona en cuestión, sea quien sea.

También hay un protocolo cuando el presunto abusador es un seglar. Es un proceso más sencillo, porque no hay una implicación canónica, por un lado, y porque se trata de una persona ajena a la congregación, por lo que además de la demanda penal la persona puede ser despedida.


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