El trabajo de acompañamiento en la búsqueda de empleo que tiene la Fundación Altius va más allá de la orientación laboral o las ofertas de trabajo: hay personas que necesitan mucho más que eso para conseguir normalizar su vida. Hay personas que necesitan urgentemente ayuda, pues se sienten solos y se encuentran en una situación “sin salida”.
Para que conozcas mejor el trabajo que hace Altius te queremos compartir la historia de Miguel, uno de sus beneficiarios. Sus circunstancias familiares han supuesto un obstáculo para poder trabajar con continuidad. Ahora, a sus 46 años, es consciente de que no cuenta con la suficiente experiencia para reinsertarse en el mercado laboral con facilidad, todo lo contrario.
Su situación es precaria y necesita un trabajo, sin embargo su historia no es triste, sino que es una historia de superación. Actualmente es beneficiario del proyecto de empleo con apoyo en necesidades básicas.
Hasta hace pocos meses su día a día consistía en cuidar a sus padres mientras estudiaba, es licenciado en Filosofía y tiene dos másters, también ha preparado oposiciones. Cuando sus padres fallecieron su vida dio un giro radical, en ese momento es cuando tocó fondo. Sin ingresos de ningún tipo, ni esperanza de encontrar la forma de salir adelante por sí mismo, llegó a encerrarse en su casa durante semanas, hasta que, como él cuenta, “sucedió el primer pequeño milagro”. Un vecino quiso ayudarle avisando a Cáritas Parroquial de su barrio, “envió un anónimo para que alguien acudiera a ayudarme, a partir de entonces consiguieron que poco a poco fuera saliendo de casa para recibir ayuda”.
Para Miguel, hay un segundo pequeño milagro que ha permitido que pueda contar con el apoyo de Altius y tenga más esperanza en encontrar una oportunidad de empleo: "Uno de los días que volvía de un comedor social pregunté a un chico por una dirección, empezamos a hablar y resultó que ese chico era Sergio, un voluntario de la Fundación Altius”. Sergio le animó a acercarse a la Fundación para pedir ayuda, “ya llevo más de un mes viniendo y estoy muy agradecido. He actualizado mi currículum, acudo a los talleres de formación para encontrar empleo y vengo a las sesiones con una persona que me orienta y me ayuda con las ofertas de trabajo en las que puedo encajar. También estoy en el programa de alimentos porque no tengo ningún ingreso”.
La historia de Miguel dentro de la fundación está solo empezando, poco a poco va ganando de nuevo la confianza a través del acompañamiento que ofrece este apostolado.
Para que conozcas mejor el trabajo que hace Altius te queremos compartir la historia de Miguel, uno de sus beneficiarios. Sus circunstancias familiares han supuesto un obstáculo para poder trabajar con continuidad. Ahora, a sus 46 años, es consciente de que no cuenta con la suficiente experiencia para reinsertarse en el mercado laboral con facilidad, todo lo contrario.
Su situación es precaria y necesita un trabajo, sin embargo su historia no es triste, sino que es una historia de superación. Actualmente es beneficiario del proyecto de empleo con apoyo en necesidades básicas.
Hasta hace pocos meses su día a día consistía en cuidar a sus padres mientras estudiaba, es licenciado en Filosofía y tiene dos másters, también ha preparado oposiciones. Cuando sus padres fallecieron su vida dio un giro radical, en ese momento es cuando tocó fondo. Sin ingresos de ningún tipo, ni esperanza de encontrar la forma de salir adelante por sí mismo, llegó a encerrarse en su casa durante semanas, hasta que, como él cuenta, “sucedió el primer pequeño milagro”. Un vecino quiso ayudarle avisando a Cáritas Parroquial de su barrio, “envió un anónimo para que alguien acudiera a ayudarme, a partir de entonces consiguieron que poco a poco fuera saliendo de casa para recibir ayuda”.
Para Miguel, hay un segundo pequeño milagro que ha permitido que pueda contar con el apoyo de Altius y tenga más esperanza en encontrar una oportunidad de empleo: "Uno de los días que volvía de un comedor social pregunté a un chico por una dirección, empezamos a hablar y resultó que ese chico era Sergio, un voluntario de la Fundación Altius”. Sergio le animó a acercarse a la Fundación para pedir ayuda, “ya llevo más de un mes viniendo y estoy muy agradecido. He actualizado mi currículum, acudo a los talleres de formación para encontrar empleo y vengo a las sesiones con una persona que me orienta y me ayuda con las ofertas de trabajo en las que puedo encajar. También estoy en el programa de alimentos porque no tengo ningún ingreso”.
La historia de Miguel dentro de la fundación está solo empezando, poco a poco va ganando de nuevo la confianza a través del acompañamiento que ofrece este apostolado.
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