Carlos es de Valencia y Almudena de Bilbao, ambos son estudiantes universitarios que irán este año de misiones a Murcia con Juventud Misionera. Ya los has visto en el vídeo promocional de Misiones de Semana Santa, pero ahora los conocerás un poco mejor. Ellos han vivido ya esta experiencia y quieren que tú también lo hagas: "Es una alegría que no deberíamos guárdanos para nosotros solo", comenta Carlos. Lee sus testimonios.
Carlos
"¡Hola! Me llamo Carlos Ferrís, y conocí al Regnum Christi a través de Cumbres School Valencia. Desde el primer momento me enamoré de la forma que tenían los integrantes del movimiento de transmitir el amor de Dios, no con palabras, sino a través de su ejemplo y testimonio en cada gesto. Se notaba que algo más había, una fuerza y una alegría que no he encontrado hasta entonces en otro lado. Era una voz que me decía: 'Sígueme'. Para mí, las misiones de Semana Santa han sido una forma de responder a ese llamado, de transmitir ese mensaje de amor, de aquel que ha muerto por amor, por ti y por mí, y que ha resucitado y vive en cada uno de nosotros y nos inunda cada vez que le damos nuestro "sí". Creo que la Semana Santa no debe de consistir en estar con la cara larga todo el día, sino en ser conscientes y reconocer el sacrificio que Jesús ha hecho por nosotros, por amor, y que por ese sacrificio ha resucitado. Esa es una alegría que no deberíamos guardarnos para nosotros solos. Pienso que no hay mejor forma que reconocer ese sacrificio que procurar que los demás puedan participar de él y, para mí, las misiones del Regnum Christi de Semana Santa, son una buenísima opción para ello.
Hasta este año, siempre las había vivido con mi sección en un pequeño pueblo de Valencia, la Vall de Almonacid. La experiencia fue un poco distinta a la de Juventud Misionera. Nuestro equipo estaba formado por 10 personas en total, dividas en dos grupos, para atender a dos pueblos vecinos. Y fue una experiencia maravillosa el transmitir un poco de nuestra juventud y fe a gente que ve en nosotros cómo Jesús sigue actuando y tocando corazones. Personalmente creo que ese es el objetivo y la mayor satisfacción que uno se puede llevar de su experiencia en misiones.
Como dijo Jesús: “ Ven y sígueme “. Es esa llamada, que si la sientes, no puedes renunciar a él porque en el fondo de tu corazón sabes que te va a hacer verdaderamente feliz y eso es algo que experimentas cuando te das a los demás sin reservas. En estas misiones de Semana Santa en Murcia, estoy seguro que Dios se va a dejar ver y que va a hacer grandes obras".
Almudena
"Para mí las Misiones de Semana Santa fueron un momento especial de unión y encuentro con el Regnum Christi.
Yo soy de Bilbao, y no tuve la oportunidad de conocer a fondo ni ir a un colegio del Regnum Christi. Sin embargo, mi madre y otros matrimonios de Bilbao sí que comenzaron a formar parte del movimiento y fue ahí cuando mi madre me propuso apuntarme a las misiones. La verdad es que no conocía a nadie, solamente a una amiga de Valencia y otra de Bilbao que animé para que se viniera conmigo.
Sinceramente estaba nerviosa por no conocer a nadie, pero como en mi casa me suelen decir "en los planes de Dios hay que lanzarse a la piscina". Ahora estoy súper agradecida de que me animaran a ir.
Desde el primer día, conocí a personas que a día de hoy siguen siendo muy amigas mías. Al tener un vínculo tan fuerte en común, como lo es Dios, te das cuenta de que son amistades para siempre. Los momentos más especiales para mí fueron conocer a María y a Antonio, el matrimonio que nos acogió en su casa para comer y ducharnos. Ellos son un ejemplazo de matrimonio que nos dieron lecciones de vida muy profundas, y aunque pensábamos que iríamos nosotras a ayudarles, sucedió al contrario ya que todos los días aprendíamos de lo que realmente es un matrimonio que se ama y que ponen su vida al servicio de los demás.
Además, la Eucaristía de cada día y los encuentros que hacíamos nos sirvieron para vivir de un modo más sincero y consciente la Semana Santa. Para así entender que Dios nos ama tanto que nos dio a su hijo y que, a pesar de hacer las cosas mal, siempre nos perdona. También, con los encuentros nos abrimos unas a otras y tuvimos confesiones y testimonios muy fuertes que a mí me ayudaron a entender la gran suerte que tengo y lo poco agradecida que muchas veces soy. Y no solo eso, sino de cómo a veces nos falta esa sensibilidad con los que nos rodean o les juzgamos cuando realmente no sabemos el testimonio de vida que tienen.
Sinceramente estaba nerviosa por no conocer a nadie, pero como en mi casa me suelen decir "en los planes de Dios hay que lanzarse a la piscina". Ahora estoy súper agradecida de que me animaran a ir.
Desde el primer día, conocí a personas que a día de hoy siguen siendo muy amigas mías. Al tener un vínculo tan fuerte en común, como lo es Dios, te das cuenta de que son amistades para siempre. Los momentos más especiales para mí fueron conocer a María y a Antonio, el matrimonio que nos acogió en su casa para comer y ducharnos. Ellos son un ejemplazo de matrimonio que nos dieron lecciones de vida muy profundas, y aunque pensábamos que iríamos nosotras a ayudarles, sucedió al contrario ya que todos los días aprendíamos de lo que realmente es un matrimonio que se ama y que ponen su vida al servicio de los demás.
Además, la Eucaristía de cada día y los encuentros que hacíamos nos sirvieron para vivir de un modo más sincero y consciente la Semana Santa. Para así entender que Dios nos ama tanto que nos dio a su hijo y que, a pesar de hacer las cosas mal, siempre nos perdona. También, con los encuentros nos abrimos unas a otras y tuvimos confesiones y testimonios muy fuertes que a mí me ayudaron a entender la gran suerte que tengo y lo poco agradecida que muchas veces soy. Y no solo eso, sino de cómo a veces nos falta esa sensibilidad con los que nos rodean o les juzgamos cuando realmente no sabemos el testimonio de vida que tienen.
Este año, con mucha ilusión repito y espero que Dios prepare nuevas experiencias para mí".
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