14 de febrero de 2019

Javierada UFV | Mario: "Mi mejor regalo de cumpleaños ha sido volver a abrazar a Dios"

El fin de semana pasado, 220 personas de la Universidad Francisco de Vitoria, entre ellos universitarios y profesores, acudieron a la Javierada. Fueron días de andar mucho, disfrutar con los amigos y, para algunos, un encuentro con Dios. Mario, alumno del Colegio Mayor Francisco de Vitoria, nos cuenta su experiencia: ese fin de semana cumplía años y su mejor regalo fue un reencuentro inesperado con Cristo: "El sábado por la noche un chico empezó a contar su testimonio en el que yo me vi reflejado, en ese momento empecé a llorar, a tener un montón de sentimientos dentro de mí y me di cuenta de que Dios estaba conmigo".




Mario
Esta es la primera vez que he hecho esta peregrinación, es la primera peregrinación que he hecho en realidad. Ha sido un momento fantástico lleno de emociones y momentos espectaculares. En principio iba a ir a la Javierada con un amigo del Colegio Mayor, Dani, pero luego me enteré que más gente de mi clase también se iba a apuntar, así que fue un momento bastante bueno. Además, he conocido a gente bastante buena, gente que te la encuentras diariamente en la universidad pero que a partir de ahora ya forman parte de mi vida. Ha sido algo maravilloso.

La parte que más disfruté fue el sábado por la mañana cuando hicimos la última etapa. Salimos desde Lumbier y una hora del trayecto la caminamos en silencio. Durante ese momento pude pensar en todo aquello que estaba en mi vida, aquello que me preocupaba, que me inquietaba, y la verdad es que fue un momento muy bonito que no se me va a olvidar.

Probablemente, para mí, la parte más difícil fue el sábado por la noche en la adoración porque fue un momento que, después de muchos muchos años, sin buscarlo y sin esperar nada, me encontré con Dios otra vez. Tuve una luz tan fuerte que entró dentro de mi alma. Durante mucho tiempo no he sentido a Dios tan fuerte, y ese sábado por la noche en Javier un chico empezó a contar su testimonio en el que yo me vi reflejado por todo lo que estaba contando, en ese momento empecé a llorar, a tener un montón de sentimientos dentro de mí y me di cuenta de que Dios estaba conmigo.

Si tuviese que describir este fin de semana, lo describiría como algo magnífico, como algo milagroso, fue un momento de reunión. Ha sido un fin de semana en el que me hice preguntas que me he hecho durante toda mi vida y he salido con más. Ahora puedo decir que vuelvo a estar en ese camino de la vida donde me vuelvo a sentir acompañado por Dios y sé que Él va a estar ayudándome en todo lo que necesite.

Me preguntabas que cómo había sido mi cumpleaños, si me había costado dejar la fiesta de lado para poder ir a la peregrinación. Ha sido un cumpleaños donde mi mejor regalo ha sido volver a abrazar a Dios. No cambiaría absolutamente nada por ese momento. El viernes cumplí 20 años y la gente me felicitó, me cantó, me sentí como en casa, gente que no conocía de nada en ese momento se volvió mi familia y, sin duda, el mejor regalo ha sido volver a encontrarme con Dios y volver a sentirlo a mi lado.


Sobre todo, esta peregrinación me ha servido para encontrar muchas respuestas y hacerme muchas más preguntas. He reflexionado mucho acerca de la vida que he tenido, todos los momentos buenos y malos que he vivido, y me he dado cuenta que Dios ha estado en cada uno de ellos. En los momentos más duros que he tenido Dios me ha abrazado, me ha hecho ver la luz y salir del pozo tan oscuro en el que me encontraba. Este fin de semana me ha servido para cambiar y darme cuenta de cuáles son las cosas importantes de la vida, ha sido algo espectacular.

Recomiendo la Javierada a todo aquel que necesite un cambio, incluso lo recomiendo a aquel que le guste andar. Es un fin de semana intenso en el que lo único que haces es conocer a gente, conocerte a ti mismo y conocer a Dios. Estas tres cosas hacen que cuando vuelves a Madrid te sientas una persona completamente nueva.

No sabía nada sobre San Francisco Javier, pero me informé antes de ir y luego ahí el sacerdote que nos acompañó nos contó un poco sobre la vida de este santo y me pareció que podemos aprender mucho de él para nuestra vida. Este hombre lo dejó todo por abrazar a Dios, eso es digno de admiración.

Las anécdotas del viaje han sido muchas, pero me quiero quedar con el "compartir", ponerse en el lugar del otro. El viernes, un chico no llevó saco de dormir ni esterilla entonces dos niñas durmieron en un mismo saco de dormir para prestarle el otro a esta persona y que no pasara frío. Cada vez que alguien necesitaba cualquier cosa como el shampoo, no te faltaban personas para que le prestaran lo que necesitaba. Creo que lo más importante y bonito es el hecho de que con otras personas puedas dar todo lo que tienes dentro de ti para ayudarle en los momentos que más lo necesiten.


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