La segunda reflexión se centró en el discernimiento. Esta Asamblea está llamada al discernimiento”, dijo. “Cada uno de los miembros está llamado a decirle al Señor: ¿Qué quieres que haga? ¿Qué quieres de mí? Y toda la Asamblea está llamada a preguntarse ¿Qué tenemos que hacer?”.
Discernir a la luz del evangelio y de los signos de los tiempos
Exhortó a los delegados a discernir a la luz de dos grandes referentes: el Evangelio y los signos de los tiempos. “El Evangelio es la regla suprema de todos los consagrados”, dijo, citando al Papa Francisco. Y añadió: “Las reglas de cada instituto deben fundarse ahí. El Evangelio no es una ideología porque Jesús no es una persona. El Evangelio es una forma de vida, porque Jesús es una persona”.
Refiriéndose a los signos de los tiempos, comentó: “Vivimos no en una época de cambios, sino en un cambio de época [...] Es un momento que yo considero de gracia. Leer los signos de los tiempos nos obliga a estar despiertos”. Y luego afirmó: “Queridos hermanos, en esta Asamblea debemos preguntarnos, ¿qué me pide el Señor en este momento? No hace cincuenta años, no en cincuenta años más adelante. Ahora. El pasado ya no es nuestro, el futuro no sabemos si será nuestro. Es aquí y ahora donde se nos pide fidelidad creativa […] El carisma algo itinerante, porque de lo contrario no respondería a los signos de los tiempos. Nuestro Dios es el Dios de la historia y nuestra fe tiene que ser histórica”.
Alegráos, no temáis. El temor es falta de fe
Refiriéndose a los signos de los tiempos, comentó: “Vivimos no en una época de cambios, sino en un cambio de época [...] Es un momento que yo considero de gracia. Leer los signos de los tiempos nos obliga a estar despiertos”. Y luego afirmó: “Queridos hermanos, en esta Asamblea debemos preguntarnos, ¿qué me pide el Señor en este momento? No hace cincuenta años, no en cincuenta años más adelante. Ahora. El pasado ya no es nuestro, el futuro no sabemos si será nuestro. Es aquí y ahora donde se nos pide fidelidad creativa […] El carisma algo itinerante, porque de lo contrario no respondería a los signos de los tiempos. Nuestro Dios es el Dios de la historia y nuestra fe tiene que ser histórica”.
Alegráos, no temáis. El temor es falta de fe
Más adelante consideró el saludo que le dirigió el ángel a María: Alégrate. “¿Por qué tenemos que alegrarnos? Porque el Señor nos ama así como somos, con nuestros pecados [...] La alegría para un consagrado no es una posibilidad, es una responsabilidad […] Que nunca nos falte la alegría que viene del corazón […] En la historia de nuestros institutos puede haber momentos muy difíciles, pero los vamos a asumir y vamos a adelante, y vamos con alegría. Tal vez esos momentos difíciles nos ayuden a poner nuestra fe y nuestra confianza en aquél que puede dar sentido pleno a nuestras vidas”.
Finalmente, comentó: “Que esta Asamblea sea un momento fuerte para reavivar el carisma [...] Para discernir comunitariamente la voluntad del Señor. Y, por favor, no tengan miedo. El miedo es falta de fe. A veces lo justificamos con muchas palabras bonitas, pero en el fondo, el miedo es falta de fe”. E invitó a los presentes a escuchar las palabras de la Virgen a Juan Diego: ¿Por qué tienes miedo? ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? “Que ella les acompañe en esta Asamblea y en todo el camino que a partir de hoy empezarán a recorrer”, concluyó.
Finalmente, comentó: “Que esta Asamblea sea un momento fuerte para reavivar el carisma [...] Para discernir comunitariamente la voluntad del Señor. Y, por favor, no tengan miedo. El miedo es falta de fe. A veces lo justificamos con muchas palabras bonitas, pero en el fondo, el miedo es falta de fe”. E invitó a los presentes a escuchar las palabras de la Virgen a Juan Diego: ¿Por qué tienes miedo? ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? “Que ella les acompañe en esta Asamblea y en todo el camino que a partir de hoy empezarán a recorrer”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por darnos tu opinión