María Millan, madre de una monja Iesu Communio
"Has respondido a todas mis preguntas, no es mi vocación sino la de mi hija. Cuando me pregunto ¿por qué no puede estar con nosotros, con su familia? Tú me respondes, que ella ha encontrado su camino, y en el cielo no hay familias, todos seremos familia. Ella eligió la mejor parte, ser tu esposa. Cuando la echo de menos, tú me das paz y amor. Gracias por llamarla y ayuda a otros padres a dar gratis lo que han recibido gratis. Nosotros somos un soplo en la vida pero el amor de Dios es siempre y para siempre”.
Religiosas de Iesu Communio |
Jose Mª Cabrera, padre de una monja Iesu Communio
"Tú me conoces sabes que lo más importante para mí son mis hijos, son el tesoro que me has regalado. Me has enseñado que mis fuerzas no valen para nada, tus planes no son los nuestros, gracias por elegirla”.
Jaime Barón, candidato a Misionero de la Caridad
Jaime Barón, candidato a Misionero de la Caridad
Actualmente está preparándose para ingresar el próximo curso en el seminario de los Misioneros de la Caridad, fundados por Santa Teresa de Calcuta, después de pasar un año en la India trabajando con las hermanas.
"Estaba buscándote y me perdí. Te busqué en noches desenfrenadas, te busqué y me perdí, hui muy lejos, hui de todos, hui de mí mismo. Cuando mi mirada estaba en el suelo, mi corazón saltó hacia Ti, encontré tu mirada, te encontré en la puerta de mi corazón, esperando a que yo te abriese la puerta. Jesus mío, desde ese momento tu amor pudo con mi miseria; todo tomó sentido, tu misericordia sanó mis heridas. Señor, me llamaste a saciar tu sed, Tu sed infinita de amor, en la sed de los que nada tienen en mis hermanos los pobres. Hoy te doy las gracias por tu misericordia, tu amor, Jesus mío te agradezco todas esas personas que has puesto en mi camino que me han conducido a Ti, especialmente a mis padres, aquellos que incansablemente aguantaban todo, todo por amor, como tú en aquella cruz. Tú me has llamado a seguirte, ‘coge tu cruz y sígueme’, el camino es largo, pero solo importas tu Dios mío. Quisiera pedirte por todos aquellos jóvenes especialmente por mis amigos, tú los conoces, tu sabes que nombres hay en mi corazón. Señor, muéstrales el camino hacia Ti, que tu vida llene sus vidas, que tu amor les domine, encuentren ese sentido a la vida que solo Tú das”.
Almudena Fernandez, consagrada Regnum Christi
"Estaba buscándote y me perdí. Te busqué en noches desenfrenadas, te busqué y me perdí, hui muy lejos, hui de todos, hui de mí mismo. Cuando mi mirada estaba en el suelo, mi corazón saltó hacia Ti, encontré tu mirada, te encontré en la puerta de mi corazón, esperando a que yo te abriese la puerta. Jesus mío, desde ese momento tu amor pudo con mi miseria; todo tomó sentido, tu misericordia sanó mis heridas. Señor, me llamaste a saciar tu sed, Tu sed infinita de amor, en la sed de los que nada tienen en mis hermanos los pobres. Hoy te doy las gracias por tu misericordia, tu amor, Jesus mío te agradezco todas esas personas que has puesto en mi camino que me han conducido a Ti, especialmente a mis padres, aquellos que incansablemente aguantaban todo, todo por amor, como tú en aquella cruz. Tú me has llamado a seguirte, ‘coge tu cruz y sígueme’, el camino es largo, pero solo importas tu Dios mío. Quisiera pedirte por todos aquellos jóvenes especialmente por mis amigos, tú los conoces, tu sabes que nombres hay en mi corazón. Señor, muéstrales el camino hacia Ti, que tu vida llene sus vidas, que tu amor les domine, encuentren ese sentido a la vida que solo Tú das”.
Almudena Fernandez, consagrada Regnum Christi
"Me llamaste a ser consagrada, cuando estoy contigo, me siento segura. Tú me conoces y sabes que necesito. Gracias".
Visita al monasterio de San Leandro
Visita al monasterio de San Leandro
Con ocasión de la semana vocacional, también las chicas del ECYD de Sevilla, visitaron a las hermanas del convento de San Leandro. Desde el oratorio, les contaron sus vocaciones y su día a día de oración y trabajo. Tras la visita, Fernanda nos cuenta que “me he dado cuenta que lo más importante en esta edad que nos estamos formando es apoyarnos en nuestra familia ya que van a ser ella la que nos inculque y nos enseñe el camino que debemos seguir sin desviarnos con lo material, que es lo que nos hace descentrarnos de para qué estamos hechos, que es para ir al cielo. Entonces cada vez tenemos que intentar organizar más cosas en familia y estar más tiempo con ella para poder centrarnos en nuestra verdadera misión para esta vida”.
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