Llevo siete años integrando poco a poco el carisma del Regnum Christi en mi vida. Mi incorporación la he ido retrasando principalmente porque pronto comencé a sentir que formaba parte de la familia RC y era un paso innecesario, y porque, sin pensarlo, asumía que la fe no se puede vivir de manera aislada. Necesitamos del sentido de pertenencia, identificarnos y reflejarnos en otros. El acompañamiento espiritual ha sido también y será un elemento clave para caminar con luz.
Desde el día de la incorporación no dejo de pensar y sentir la llamada constante al asombro y al agradecimiento. Pienso no solo en "a qué" me llama Dios día a día (detalle a detalle) sino en "por qué" me ha elegido. ¿Por qué a mí? ¿Por qué soy tan afortunada? Fue el motivo por el que no pude dejar de llorar en la incorporación y aún me sigue emocionando.
La incorporación no es más que un compromiso espiritual con Cristo Rey. Mi familia y yo somos conscientes de lo mimados y afortunados que somos por Él. Así que no podía dejar pasar más días sin decirle que "sí”, que no hay otra manera de entender el sentido de la vida sino a través de su palabra, de su mirada.
Estoy feliz y enormemente agradecida, si pudiera reflejar una sonrisa constante sería una bonita manera de expresar como me siento: #YOTAMBIENSOYRC
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