En estos días que comparten padres e hijos, asisten a la Misa que preparan las propias alumnas (leen las lecturas, las peticiones, hacen las ofrendas, de monaguillos, preparan los cánticos...) con la ayuda de sus catequistas. Después, es turno para la charla de formación, que reciben por separado padres e hijas. En la última sesión, las niñas recibieron una que no se esperaban.
Durante la pasada semana, la coordinadora de formación Integral, Inés Pou, les dijo a las alumnas que iban a tener una sorpresa porque les habían conseguido a los mejores catequistas del mundo. Ellas asistieron el domingo con una expectación extra y, después de la Eucaristía, en el auditorio, sus padres les contaron que, en esta ocasión, los catequistas serían ellos.
Con un cuestionario en la mano, cada familia eligió un lugar tranquilo en el colegio para estar juntos y trabajar. Las niñas se convirtieron en reporteras y preguntaron a sus padres sobre su Primera Comunión: dónde fue, qué recordaban de ese día y qué sintieron cuando recibieron a Jesús. Al final, se pusieron propósitos familiares para cumplir hasta ese momento, como por ejemplo: rezar en familia, ir a Misa los domingos en familia o intentar portarse bien.
Más adelante, tendrán una peregrinación madre e hija y padre e hijo a Fátima y a Valencia respectivamente en marzo, previas a las primeras comuniones, que serán el 19 de mayo (niñas) y el 26 de mayo (niños)
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