Sus pasos les han llevado desde Orense hasta la capital gallega pasando por pueblos como Oseira y su monasterio medieval o por Ponte Ulla, entre otros, y han disfrutado del paisaje rural que han disfrutado a cada paso.
Los alumnos se han enfrentado a los numerosos retos que plantea el Camino: el madrugar, el frío, la lluvia, la fatiga, el dolor de pies, rodillas y piernas, las empinadas cuestas, etc. Sin embargo, todos han podido superar estos escollos y llegar, etapa a etapa, hasta la meta. A continuación, puedes leer lo que ha significado para uno de los formadores que los acompañaban compartir la peregrinación con ellos.
Miguel Valentín-Gamazo, orientador de Highlands School El Encinar, ha contado a LomásRC su experiencia: "He tenido la suerte de poder acompañarles en esta pequeña aventura y la verdad es que, pese a las magulladuras que traemos en el cuerpo, ver los frutos que han dado en el alma de estos jóvenes hace que haya valido la pena el esfuerzo".
Miguel explica estos frutos que ha visto en los jóvenes los ha visto durante el camino, pero, sobre todo, subraya en el "cómo caminar". "Han sido muchos los momentos que me han asombrado estos días, pero sin duda rescato uno: la valentía y fortaleza de algunos que, pese a estar al límite de sus fuerzas, no querían dejar de caminar. “El Camino es como la vida, don Miguel” – le decían – “A veces es difícil y duele, pero hay que seguir adelante”.
Highlands School El Encinar se suma así a la experiencia de los colegios Regnum Christi de España, que te resumimos aquí.
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