A continuación ofrecemos una entrevista que ha concedido a LomásRC.
¿Qué supone para usted este galardón dedicado a la Nueva Evangelización?
Me siento muy pequeño junto a mis hermanos sacerdotes galardonados. Ellos llevan a sus espaldas una perseverante historia de entrega en el ministerio sacerdotal. Aunque llevo veinte años de religioso marianista, mi trayectoria como sacerdote es tan sólo de tres. Viendo su entrega sostenida me estimulan en el camino de la santidad, en cuidar el fuego del amor por Dios y el servicio al prójimo. Le pido al Señor que me deje sólo dos tercios del manto de estos hermanos que me preceden y que pueda gastar mi vida en servirle siempre.
¿Cómo se le ocurrió la idea de introducir el videojuego Minecraft en sus clases de religión? ¿Qué ha aprendido de esta experiencia?
¿Cómo se le ocurrió la idea de introducir el videojuego Minecraft en sus clases de religión? ¿Qué ha aprendido de esta experiencia?
El P. Daniel con el CEO mundial de Microsoft, Satya Nadella |
Considero muy importante la escucha de los jóvenes, de los alumnos, ellos tienen mucho que enseñarnos. Intento dedicar tiempo a charlar con ellos sobres sus aficiones, youtubers favoritos, videojuegos, películas, referentes, series… también hago el esfuerzo de acudir a sus mismas fuentes de información, YouTube, Twitter e Instagram son tres de las más importantes.
Hace dos años me di cuenta de lo relevante que era hoy en día el videojuego Minecraft, y no sólo para mis alumnos, sino para jóvenes de todo el mundo. Fue en el verano de 2015 que descubrí, jugando con mi sobrino Dani de 6 años, que este juego tenía el enorme potencial de canalizar la imaginación de los muchachos, esa gran energía de los niños con la que tanto nos cuesta lidiar en educación. Así que me puse manos a la obra y preparé todo un plan para llevar el videojuego a la asignatura de religión y tal vez a otras materias y otros colegios. Desarrollé una programación didáctica, una web www.zonaminecraft.info, y una pequeña campaña de Marketing Digital que se apoyaba fundamentalmente en el canal de YouTube que creé para la asignatura: Zona Educativa Minecraft.
El resultado fue espectacular, tanto que pocos meses después Microsoft se puso en contacto con el colegio porque querían que su mismo CEO mundial, Satya Nadella, visitara nuestra clase y viera lo que estábamos haciendo con su videojuego, y así sucedió el 24 de febrero de este año.
Esta experiencia me confirmó que:- Cuando uno hace el esfuerzo por escuchar y aprender de sus los alumnos, a ellos se les hace más natural y fácil prestarte atención, y entender lo que les estás contando.
- El juego es una excelente forma de potenciar la motivación y de mejorar la relación entre ellos y con el profesor.
- Es posible cambiar la metodología de nuestra enseñanza sin renunciar a los contenidos, adaptándonos al nuevo contexto sociológico y cultural en el que se mueven los jóvenes, haciendo así más significativo el aprendizaje.
Pero el Señor ha querido regalarnos algo mejor todavía. A lo largo del curso pasado entró en contacto con nosotros la fundación Todos Somos Gamers de Bogotá (Colombia) que nos propuso hermanar nuestro colegio con los Hogares Luz y Vida de Colombia, una asociación fundada por la hermana Valeriana García Martín que acoge a niños con discapacidad mental o física que han sido abandonados por sus familias.
Hace dos años me di cuenta de lo relevante que era hoy en día el videojuego Minecraft, y no sólo para mis alumnos, sino para jóvenes de todo el mundo. Fue en el verano de 2015 que descubrí, jugando con mi sobrino Dani de 6 años, que este juego tenía el enorme potencial de canalizar la imaginación de los muchachos, esa gran energía de los niños con la que tanto nos cuesta lidiar en educación. Así que me puse manos a la obra y preparé todo un plan para llevar el videojuego a la asignatura de religión y tal vez a otras materias y otros colegios. Desarrollé una programación didáctica, una web www.zonaminecraft.info, y una pequeña campaña de Marketing Digital que se apoyaba fundamentalmente en el canal de YouTube que creé para la asignatura: Zona Educativa Minecraft.
El resultado fue espectacular, tanto que pocos meses después Microsoft se puso en contacto con el colegio porque querían que su mismo CEO mundial, Satya Nadella, visitara nuestra clase y viera lo que estábamos haciendo con su videojuego, y así sucedió el 24 de febrero de este año.
Esta experiencia me confirmó que:- Cuando uno hace el esfuerzo por escuchar y aprender de sus los alumnos, a ellos se les hace más natural y fácil prestarte atención, y entender lo que les estás contando.
- El juego es una excelente forma de potenciar la motivación y de mejorar la relación entre ellos y con el profesor.
- Es posible cambiar la metodología de nuestra enseñanza sin renunciar a los contenidos, adaptándonos al nuevo contexto sociológico y cultural en el que se mueven los jóvenes, haciendo así más significativo el aprendizaje.
Pero el Señor ha querido regalarnos algo mejor todavía. A lo largo del curso pasado entró en contacto con nosotros la fundación Todos Somos Gamers de Bogotá (Colombia) que nos propuso hermanar nuestro colegio con los Hogares Luz y Vida de Colombia, una asociación fundada por la hermana Valeriana García Martín que acoge a niños con discapacidad mental o física que han sido abandonados por sus familias.
Lo increíble de este hermanamiento es que se realizaría a través del videojuego Minecraft. El proyecto ya está en marcha y está siendo una experiencia única para nuestros alumnos y los muchachos de los Hogares en Bogotá. También se han involucrado en el Microsoft y la Fundación Real Madrid.
A los 17 años viví una experiencia de conversión, yo siempre había creído en Dios, siempre había sentido su presencia, pero vivía como si no existiera, no practicaba, ni era coherente con mi fe. Un día, en una convivencia, el Señor me habló al corazón y lo hizo para mostrarme que me amaba desde el vientre de mi madre, que él conocía todos mis sufrimientos, debilidades y pecados y aún con todo, su amor por mí era incondicional e insuperable. Sentí inmediatamente que debía responder a tanto amor con la entrega de mi vida, y enseguida me di cuenta de que mi vocación era la de religioso marianista.
Desde entonces vivo la vida aprendiendo los lenguajes de los hombres y mujeres de hoy, para contarles que Dios les cuida desde niños, que conoce sus nombres, que su amor no falla, que no se escandaliza de nuestros pecados y pobrezas, y que nos quiere felices, llenos de vida, capaces de amar y ser amados. Él ha enviado a su Hijo para devolvernos la dignidad de hijos y revestirnos con su vida de una vida nueva, reconciliada, eterna.
Tuve la suerte de conocer Internet desde que entró a las universidades españolas, y ya en aquellos primeros días, cuando me conectaba a las NewsGroups (un antiguo sistema de foros de conversación) con una pantalla de fósforo verde, sentía la llamada a comunicar el amor de Dios en este ámbito que se presentaba nuevo, global, sediento de verdad y de encuentro.
Desde el principio he discernido esta llamada con mis superiores y ellos siempre me han alentado y ayudado a purificarla y madurarla.
No puedes ni imaginar la alegría que me ha producido ver a nuestros tres últimos papas impulsándonos a la evangelización digital, como la llamamos ahora. Ha sido la confirmación eclesial de que este camino no sólo es necesario sino que está llamado a producir frutos abundantes y duraderos. De este impulso del Magisterio nació iMisión, otro regalo del Señor, un tesoro que llevamos en vasijas de barro.
A lo largo de estos años trabajando en este ámbito he conocido personas maravillosas, he vivido aventuras increíbles, he conocido periferias existenciales, he comprendido mejor los anhelos del corazón humano… Sé que Dios derramará mucha gracia también a través de este ámbito digital y que también quiere que Internet sea instrumento de salvación.
¿Cómo responde la gente cuando descubren que hay un sacerdote como usted que domina la tecnología, que es youtuber y que tiene, incluso, un twitter con más de 18000 seguidores?
Muchos no creen que sea cierto. Un ejemplo, hace unas semanas un famoso rapero, Javier Ibarra (KASE.O) publicó un nuevo disco y yo hice un comentario en YouTube a uno de sus temas para felicitarle por una referencia que hacia hacia los sacerdotes. Cientos de personas comentaron mi escrito, curiosamente la mayoría lo hizo positivamente, pero al principio muchos dudaron y pensaron que mi perfil era el de un falso sacerdote. Otras veces he recibido mensajes muy duros y enjuiciadores de personas que dicen ser católicas y que no comprenden mi ministerio, aunque debo decir que en general estos son los menos y a mucha gente les ayuda ver que los sacerdotes somos accesibles también en las redes sociales.
Monseñor Celli, cuando era presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, nos dijo a Xiskya y a mí, que para mucha gente íbamos a ser la única mediación de la Iglesia con la que pudieran hablar en su vida, y nos pidió mostrar siempre el rostro más maternal y misericordioso de Dios. Siempre tengo presente esta llamada e intento, a pesar de mis fallos, que sea así.
¿Qué consejos les puede dar a otros sacerdotes que quieran también conectar con ese público inmenso que está en las redes sociales?
Desde entonces vivo la vida aprendiendo los lenguajes de los hombres y mujeres de hoy, para contarles que Dios les cuida desde niños, que conoce sus nombres, que su amor no falla, que no se escandaliza de nuestros pecados y pobrezas, y que nos quiere felices, llenos de vida, capaces de amar y ser amados. Él ha enviado a su Hijo para devolvernos la dignidad de hijos y revestirnos con su vida de una vida nueva, reconciliada, eterna.
Tuve la suerte de conocer Internet desde que entró a las universidades españolas, y ya en aquellos primeros días, cuando me conectaba a las NewsGroups (un antiguo sistema de foros de conversación) con una pantalla de fósforo verde, sentía la llamada a comunicar el amor de Dios en este ámbito que se presentaba nuevo, global, sediento de verdad y de encuentro.
Desde el principio he discernido esta llamada con mis superiores y ellos siempre me han alentado y ayudado a purificarla y madurarla.
No puedes ni imaginar la alegría que me ha producido ver a nuestros tres últimos papas impulsándonos a la evangelización digital, como la llamamos ahora. Ha sido la confirmación eclesial de que este camino no sólo es necesario sino que está llamado a producir frutos abundantes y duraderos. De este impulso del Magisterio nació iMisión, otro regalo del Señor, un tesoro que llevamos en vasijas de barro.
A lo largo de estos años trabajando en este ámbito he conocido personas maravillosas, he vivido aventuras increíbles, he conocido periferias existenciales, he comprendido mejor los anhelos del corazón humano… Sé que Dios derramará mucha gracia también a través de este ámbito digital y que también quiere que Internet sea instrumento de salvación.
¿Cómo responde la gente cuando descubren que hay un sacerdote como usted que domina la tecnología, que es youtuber y que tiene, incluso, un twitter con más de 18000 seguidores?
Muchos no creen que sea cierto. Un ejemplo, hace unas semanas un famoso rapero, Javier Ibarra (KASE.O) publicó un nuevo disco y yo hice un comentario en YouTube a uno de sus temas para felicitarle por una referencia que hacia hacia los sacerdotes. Cientos de personas comentaron mi escrito, curiosamente la mayoría lo hizo positivamente, pero al principio muchos dudaron y pensaron que mi perfil era el de un falso sacerdote. Otras veces he recibido mensajes muy duros y enjuiciadores de personas que dicen ser católicas y que no comprenden mi ministerio, aunque debo decir que en general estos son los menos y a mucha gente les ayuda ver que los sacerdotes somos accesibles también en las redes sociales.
Monseñor Celli, cuando era presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, nos dijo a Xiskya y a mí, que para mucha gente íbamos a ser la única mediación de la Iglesia con la que pudieran hablar en su vida, y nos pidió mostrar siempre el rostro más maternal y misericordioso de Dios. Siempre tengo presente esta llamada e intento, a pesar de mis fallos, que sea así.
¿Qué consejos les puede dar a otros sacerdotes que quieran también conectar con ese público inmenso que está en las redes sociales?
Resumiendo mucho les compartiría las siguientes intuiciones:
1. Desterrar la idea de que lo que se vive en Internet es virtual y el resto es real, como si la vida digital no tuviera un peso auténtico. Esto es totalmente falso, hoy para mucha gente, sobre todo los jóvenes, los procesos y las decisiones pasan por búsquedas en Internet, visionado de vídeos en Youtube, interacciones con personas en redes sociales… En iMisión recomendamos siempre usar los términos Digital y Presencial en oposición a Virtual y Real.
2. Antes de entrar en una red social (Facebook, Twitter, Instagram…) hay que conocerla más o menos bien, ver qué tipo de relación nos lleva a establecer con las personas y ponderar que beneficios puede tener para el ministerio.
3. Si quieren tener una presencia evangelizadora deben ser perseverantes, marcarse una periodicidad de publicación, pues de algún modo generamos una audiencia en torno a nuestras publicaciones que crece y se alimenta con lo que compartimos.
4. No inundar de mensajes religiosos. Internet no es un medio para hacer broadcasting, emisión unidireccional de contenidos, es un lugar donde se da la interacción. Tenemos que pensar siempre en qué tipo de interacción queremos suscitar y alimentarla. La primera evangelización en Internet es la de las relaciones, antes que la de los contenidos, por eso debemos preguntarnos siempre cómo establecer relaciones que por su forma de ser muestran la belleza y la verdad del Evangelio. Después vendrán los contenidos.
5. Si tenemos varios perfiles en distintas redes sociales mostrar coherencia y unidad entre todos ellos, no haciéndolos iguales, sino aprovechando las características particulares de cada una pero mostrando elementos visuales o de texto que ayuden a percibir una única identidad.
6. Cuidar la calidad, ser profesionales en la medida de lo posible. Cualquier forma de comunicar no vale. El medio, el envoltorio, también es mensaje. Esto nos cuesta mucho entenderlo a los sacerdotes, tenemos el mensaje más bello y pensamos que la verdad se impone por sí sola, pero no es así. La ley de la encarnación nos obliga a estar siempre en continuo aprendizaje de los lenguajes, no para cambiar el contenido del mensaje, sino para hacerlo inteligible.
7. No desembarcar en la Red enjuiciando, mantener una actitud siempre de escucha y acogida. A veces habrá que denunciar o juzgar pero siempre no puede ser nuestra actitud básica de entrada pues contradice la mansedumbre de Cristo, y el mensaje del amor incondicional de Dios. A veces nos llegaran personas que volcarán su odio contra nosotros, y más siendo personas que por nuestro ministerio representamos directamente a la fe en Dios o la Iglesia, yo siempre intento recordar que detrás de cada persona que chilla y odia hay un corazón herida que Dios desea sanar. Me ayuda mucho esta oración que me enseñó una mujer anciana: “Dios mío, bendice a quien me maldice y transforma mi corazón”.
1. Desterrar la idea de que lo que se vive en Internet es virtual y el resto es real, como si la vida digital no tuviera un peso auténtico. Esto es totalmente falso, hoy para mucha gente, sobre todo los jóvenes, los procesos y las decisiones pasan por búsquedas en Internet, visionado de vídeos en Youtube, interacciones con personas en redes sociales… En iMisión recomendamos siempre usar los términos Digital y Presencial en oposición a Virtual y Real.
2. Antes de entrar en una red social (Facebook, Twitter, Instagram…) hay que conocerla más o menos bien, ver qué tipo de relación nos lleva a establecer con las personas y ponderar que beneficios puede tener para el ministerio.
3. Si quieren tener una presencia evangelizadora deben ser perseverantes, marcarse una periodicidad de publicación, pues de algún modo generamos una audiencia en torno a nuestras publicaciones que crece y se alimenta con lo que compartimos.
4. No inundar de mensajes religiosos. Internet no es un medio para hacer broadcasting, emisión unidireccional de contenidos, es un lugar donde se da la interacción. Tenemos que pensar siempre en qué tipo de interacción queremos suscitar y alimentarla. La primera evangelización en Internet es la de las relaciones, antes que la de los contenidos, por eso debemos preguntarnos siempre cómo establecer relaciones que por su forma de ser muestran la belleza y la verdad del Evangelio. Después vendrán los contenidos.
5. Si tenemos varios perfiles en distintas redes sociales mostrar coherencia y unidad entre todos ellos, no haciéndolos iguales, sino aprovechando las características particulares de cada una pero mostrando elementos visuales o de texto que ayuden a percibir una única identidad.
6. Cuidar la calidad, ser profesionales en la medida de lo posible. Cualquier forma de comunicar no vale. El medio, el envoltorio, también es mensaje. Esto nos cuesta mucho entenderlo a los sacerdotes, tenemos el mensaje más bello y pensamos que la verdad se impone por sí sola, pero no es así. La ley de la encarnación nos obliga a estar siempre en continuo aprendizaje de los lenguajes, no para cambiar el contenido del mensaje, sino para hacerlo inteligible.
7. No desembarcar en la Red enjuiciando, mantener una actitud siempre de escucha y acogida. A veces habrá que denunciar o juzgar pero siempre no puede ser nuestra actitud básica de entrada pues contradice la mansedumbre de Cristo, y el mensaje del amor incondicional de Dios. A veces nos llegaran personas que volcarán su odio contra nosotros, y más siendo personas que por nuestro ministerio representamos directamente a la fe en Dios o la Iglesia, yo siempre intento recordar que detrás de cada persona que chilla y odia hay un corazón herida que Dios desea sanar. Me ayuda mucho esta oración que me enseñó una mujer anciana: “Dios mío, bendice a quien me maldice y transforma mi corazón”.
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