8 de enero de 2014

Carta conclusiva de la Asamblea de las consagradas: agradecen toda la ayuda recibida y piden perdón por sus errores

Las consagradas del Regnum Christi, después de acabar su Asamblea General, han publicado una carta dirigida a toda la familia del Movimiento en la que afirman que el Regnum Christi es un don para ellas. Han querido expresar su gratitud a todas y cada una de las personas e instituciones que les ha ayudado en este proceso de renovación. Y además también se han responsabilizado y han pedido perdón por los errores que han podido cometer en este tiempo, especificando aquellos que han detectado.


¡Venga tu Reino!

Roma, 19 de diciembre de 2013

A los legionarios de Cristo, a los laicos consagrados, y a los miembros seglares delRegnum Christi

Muy queridos miembros de la familia del Regnum Christi:

Después de estos días, experiencia de discernimiento, de escucha del Espíritu Santo en la oración y en las demás, las consagradas que hemos participado en nuestra primera Asamblea general, experimentamos la necesidad de dirigir una palabra desde el corazón a toda la familia del Regnum Christi.

Queremos hacerlo desde un punto de partida que ha quedado claro y se ha visto fortalecido al concluir esta etapa del proceso de renovación: el reconocimiento agradecido de la belleza del plan de Dios. Reconocemos el Regnum Christi como un don y, dentro de él, la existencia de la vocación a la vida consagrada femenina, cuya identidad y misión hemos redescubierto y que valoramos con humildad como un don recibido para ponerlo al servicio de la Iglesia. Confiamos en que la obra es de Dios y es Él quien ha ido llevando este proceso y nos seguirá conduciendo. Así queremos seguir viviéndolo, estando permanentemente a la escucha del Espíritu.

En primer lugar queremos expresar nuestra gratitud:
  • Agradecemos a la Iglesia, que como una madre buena, ha creído y nos ha hecho ver de nuevo la belleza contenida en esta obra de Dios a pesar de las debilidades y defectos.
  • Agradecemos al Cardenal Velasio De Paolis y a su consejo, especialmente al P. Agostino Montan, por el apoyo incondicional que nos han prestado; no sólo nos ha  ayudado a dar forma a este camino de renovación sino que, para muchas, su presencia ha significado la garantía para poder retomar ese camino con renovada confianza.
  • Agradecemos a nuestras hermanas consagradas, pero también a todos los miembros de la familia del Regnum Christi en sus distintas vocaciones, por haber perseverado en las pruebas. Hemos sufrido juntos y juntos hemos crecido en la madurez y en el amor.
  • Queremos poner de relieve nuestra especial gratitud hacia nuestras hermanas mayores, las primeras generaciones de consagradas, que creyeron en este plan de Dios y lo llevaron adelante con mucho esfuerzo y fidelidad.
  • Agradecemos a la Legión de Cristo, con la cual hemos nacido y de la cual recibimos tanto. Nuestra gratitud se dirige de modo particular a los legionarios que nos han acompañado de manera tan cercana y comprometida a lo largo de todo este camino y que nos han proporcionado, con humildad y a veces con gran desprendimiento, la atención sacramental y la formación. Valoramos su disponibilidad permanente para la misión apostólica, su solidez doctrinal y su fidelidad al Magisterio de la Iglesia, su corazón sacerdotal y su ser hombres de Dios. Todo esto es una contribución invaluable para toda la familia del Regnum Christi.
  • Agradecemos a los consagrados, nuestros hermanos a quienes hemos descubierto en estos últimos años y con quienes hemos compartido tanto la fase iluminativa como la de revisión y elaboración de los Estatutos y con quienes nos hemos encontrado en la realización de la misión que compartimos. Su cercanía, su realismo y su testimonio han supuesto un fuerte empuje para nosotras en esta etapa.
  • Agradecemos a los miembros seglares del Movimiento, que han sido auténticos hermanos, sostén y ánimo en el camino. Les agradecemos por permitirnos hacer este proceso e impulsarnos a realizarlo asumiendo las consecuencias que conlleva. Les agradecemos también porque, incluso en los momentos más difíciles, han seguido confiando en nosotras.
Reconocemos que el plan de Dios quedó oscurecido por errores que hemos cometido que han causado sufrimiento. Queremos responsabilizarnos y pedir perdón:
  • Por nuestros errores involuntarios en ámbitos como: el ejercicio de la autoridad, el discernimiento vocacional, los procesos formativos y la realización de la misión. Errores que pueden darse en cualquier institución formada por personas falibles y limitadas, pero que no por ello nos dejan de causar sincero dolor.
  • Por nuestras faltas en estos años del proceso de renovación: por no haber estado suficientemente abiertas a la escucha y al diálogo; por los momentos en que hemos incurrido en actitudes de desconfianza o, sin quererlo, hemos generado confusión en la familia.
  • Por las veces en que no hemos sabido agradecer suficientemente todas sus muestras de apoyo y cercanía. E incluso, por cuando nos hemos visto obligadas a retirarnos de algunas ciudades o países sin haber dado demasiadas explicaciones.
Un particular punto de dolor ha sido y es por las hermanas que no han seguido con nosotras. A todas ellas queremos incluirlas en la petición de perdón que hemos expresado y manifestarles nuestra profunda gratitud y reconocimiento, por todo el bien hecho y por todo lo que nos han enseñado. Confiamos en Dios, con la certeza que Él teje historias de amor personal con cada una, conscientes de que Sus caminos no son nuestros caminos.

Creemos que este proceso de renovación ha hecho brillar con nueva intensidad la belleza de este plan de Dios descubriendo el significado de ser una familia carismática y valorando de una manera nueva la riqueza de cada una de las vocaciones que la constituyen. Ha sido muy hermoso comprender que cada una de las vocaciones en el Regnum Christi tiene una identidad propia y, al mismo tiempo, no se entiende sin referencia a las demás; el descubrimiento de que en el germen mismo de cada vocación está ya la llamada a la comunión con las demás.

Queremos renovar y reforzar la confianza en Dios y entre todos nosotros, y expresar nuestro compromiso para seguir buscando caminos de reconciliación, particularmente con la familia del Regnum Christi.

Queremos seguir avanzando en  una profunda renovación para construir el futuro del Movimiento fundados en el evangelio: establecer procesos formativos partiendo de la confianza y respeto mutuos, ayudando a cada una y cada uno a desarrollarse en plenitud; entregarnos a la misión de la extensión del Reino de Cristo con actitudes de servicio, humildad y disponibilidad; vivir y fomentar el espíritu de comunión y de familia en el Regnum Christi testimoniando la caridad de palabra y de obra y fomentando la apertura y el diálogo en las relaciones interpersonales; luchar por vivir con coherencia y profundidad la vocación a la que hemos sido llamadas, siendo mujeres de Dios y viviendo para los demás en la misión.

Queremos pedirles que nos sigan acompañando en este camino de renovación, pues no podemos hacerlo sin ustedes. Es un camino de todo el Regnum Christi que realizamos juntos y de manera complementaria. Pedimos su comprensión y ayuda en los próximos años, pues demandan todavía una dedicación especial en la consolidación de la vocación de consagración femenina en el Regnum Christi y porque hemos de asumir que no podemos estar presentes en tantos lugares como desearíamos y sería conveniente.

También queremos ofrecerles nuestro acompañamiento en sus respectivos procesos, especialmente ahora, a los miembros de primero y segundo grado en la elaboración de su Estatuto y profundización en su identidad y misión, y, todos juntos avanzar en la configuración del Regnum Christi en su conjunto.

Creemos que juntos y, conscientes de la primacía de la gracia, podremos acometer los retos entusiasmantes que nos esperan en la realización de nuestra vocación y misión. Queremos renovar la opción por la santidad en este camino al servicio de la Iglesia.

No podemos despedirnos sin decirles cuánto los queremos y lo felices que somos al sabernos parte de esta gran familia. Unidos en el carisma y misión que compartimos de extender el Reino de Cristo y anunciar su evangelio en el mundo. Con afecto y nuestras oraciones,


Las Consagradas del Regnum Christi

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