29 de noviembre de 2017

Los Galardones Alter Christus reconocen este año la entrega a los más pobres de Vallecas, las iniciativas pastorales con familias y jóvenes, y el trabajo con monjas de clausura

Don Gonzalo Ruipérez, párroco de San Juan de Dios,
en la UVA de Vallecas 
El anterior capellán del Monasterio de la Encarnación en Avila, el responsable de juventud en la diócesis de Barcelona, el de pastoral familiar en Toledo y el párroco de san Juan de Dios, en la UVA de Vallecas, recibirán los galardones Alter Christus que otorga este apostolado del Regnum Christi y que están dedicados a reconocer y poner en valor el trabajo de los sacerdotes. La entrega de la IV edición de estos galardones tendrá lugar en la sala de grados de la Universidad Francisco de Vitoria, este lunes 4 de diciembre, a las 19.00 hrs.

A continuación te presentamos a estos cuatro sacerdotes.





Nicolás González González

Se trata de un sacerdote que ha desempeñado numerosas responsabilidades, entre ellas algunas tan importantes como Jefe de Operaciones de la Comisión Católica Española de Migración, Canónigo Doctoral y Deán, Vicario Judicial y Coordinador General de la Visita del Papa a Ávila 1982. Pero entre ellas destacan sus 47 años de servicio como capellán de las carmelitas en el monasterio de la Encarnación, llegando a conocer y tratar directamente a santa Maravillas de Jesús.

Junto a esto, siempre se ha caracterizado por su constante servicio y apoyo tanto a los sacerdotes que acudían de peregrinación a la Encarnación como a los sacerdotes de la diócesis. Don Nicolás ha aunado a lo largo de su ministerio pastoral una inmensa dedicación al clero y a la vida consagrada desde un lugar privilegiado.


Gonzalo Ruipérez Aranda
Desde septiembre de 2014 es el párroco de San Juan de Dios, en la UVA de Vallecas, uno de los más barrios más marginales de Madrid con un buen porcentaje de fieles que han pasado por la cárcel. Se ordenó sacerdote con 27 años. Es licenciado en Ciencias Religiosas, Filología Trilingüe y Teología Moral, y su pasión por evangelizar le ha llevado a desempeñar diferentes funciones en la Santa Sede, en la diócesis de Zaragoza, en la cárcel de Meco... Si algo le llena el corazón es la personalidad de San Juan de Dios, quien es para él todo un modelo. En su actual parroquia, lo primero que hizo fue colocar un sagrario, pues ni siquiera había. Ahora se imparten catequesis, los chicos del barrio comienzan a llevar una vida alejada de las drogas y la delincuencia, e incluso reparte al año más de 150 toneladas de comidas, pañales y enseres de primera necesidad que él consigue gracias a sus amigos y conocidos.

Miguel Francisco Garrigós Domínguez
Miguel Garrigós es el delegado diocesano de pastoral familiar en la archidiócesis de Toledo. Fue ordenado en 1998, y después de varios años de dedicación en varias parroquias, en 2011 fue nombrado Delegado de Familia y Vida. Él lo tiene claro: la prioridad pastoral del arzobispado de Toledo es la familia y que a ella están dedicando todos los recursos, y para eso “nuestro anhelo debe ser que los llamados al matrimonio vivan el deseo de santidad”.

Desde la delegación se impulsan diversas iniciativas pioneras en el trabajo pastoral con la familia como “Taller de Nazaret”, “Family Chef”, o el grupo de mujeres separadas “Santa Teresa”, entre otros. En uno de ellos, ‘Yo en ti’, se aborda el tema de los cursillos prematrimoniales partiendo del anuncio del kerigma: “Hay que analizar qué hacer para que la Iglesia siga presente en su vocación a la santidad”. Y con el proyecto “Family Rock” se da una continuidad a los matrimonios durante cinco años, “para que sientan que no están solos”.


Bruno Bérchez Cagigal

“No podemos transmitir una buena noticia si no lo hemos experimentado antes, aquí radica la importancia del encuentro con Cristo”, explica Mossèn Bruno Bérchez, delegado de juventud de la archidiócesis de Barcelona. Su llegada a este ministerio en 2011 supuso toda una revolución pues ha puesto en marcha cursos Alpha para jóvenes, Una luz en la noche y Café Youcat, además de apoyar Life Teen y NET. Para él, “El sacerdote no juega el partido: ¡entrena jugadores!”, y eso es una forma de animar a que los laicos entiendan las responsabilidades que tienen en la vida de la Iglesia. Para Mn. Bérchez, “el cura es bueno representando a Cristo ante el joven y al joven ante Cristo en oración... Ven cómo celebras, ven que eres el hombre de los sacramentos, el hombre que toca a Cristo".


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