Una de las formadoras, Janette Serrano, definió la experiencia como “un signo de esperanza y amor”. Y una de las participantes, Clare Umali, afirma que le han ayudado a “consolidar y profundizar” su vocación. En concreto, destacó la conferencia sobre las virtudes, que ella explica que “no son más que distintas maneras de amar mejor”.
Ale Curiel asistió a las formaciones con mucha ‘sed de Dios’ y salió ilusionada y esperanzada al “ver la intimidad a la que Dios llama a sus almas consagradas, y que el deseo que nosotros experimentamos por Él es muy poco comparado con el que tiene de nosotros”.
Y es que las formadoras del curso afirman haber disfrutado tanto como las mujeres que van a consagrarse a Jesucristo plenamente. Jacinta Currán define como una ‘gracia renovadora’ la posibilidad de acompañar a “mujeres jóvenes, entusiastas y alegres que toman con seriedad este proceso de preparación".
Durante algunos domingos visitaron Roma y uno de ellos fueron todas juntas a Asís. Allí compartieron el día y experiencia con Juan Manuel Cotelo en torno a la reflexión sobre la evangelización y la apertura que experimenta un alma que escucha a Dios.
El 15 de agosto, las consagradas regresaron a sus destinos y en los próximos meses, la Familia Regnum Christi celebrará los votos definitivos de, por lo menos, nueve consagradas de distintos territorios.
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