Alumnos e instituciones tuvieron la oportunidad de verse por primera vez y formar parte, un año más, de la apuesta por la formación integral de profesionales cercanos a la realidad de la sociedad. Para Ignacio Vivar, consagrado y responsable del departamento de Acción Social de la UFV, el acto fue un éxito. “Ocupamos todo el edificio H”.
Los alumnos se distribuirán entre los 300 programas (talleres deportivos, acompañamiento a personas sin hogar, visitas a personas mayores…) que ofertan las más de cien instituciones para llevar a cabo sus prácticas, siempre acompañados todos ellos de sus profesores de Antropología y Educación para la Responsabilidad Social (EPRS).
A continuación ofrecemos la entrevista que ha concedido a LomásRC Daniel de la Rosa, profesor de Educación para la Responsabilidad Social en la UFV.
¿Cuál es el sentido de integrar la Acción Social en la formación universitaria?
La Universidad Francisco de Vitoria nace con la acción social como característica. Ha sido un camino largo que ha desembocado en una asignatura. Hemos pasado de justificar las horas de prácticas a responder a la demanda de los alumnos de un acompañamiento por parte del profesor dentro del aula. El fin sigue siendo formar alumnos y profesionales socialmente responsables.
Los alumnos se distribuirán entre los 300 programas (talleres deportivos, acompañamiento a personas sin hogar, visitas a personas mayores…) que ofertan las más de cien instituciones para llevar a cabo sus prácticas, siempre acompañados todos ellos de sus profesores de Antropología y Educación para la Responsabilidad Social (EPRS).
A continuación ofrecemos la entrevista que ha concedido a LomásRC Daniel de la Rosa, profesor de Educación para la Responsabilidad Social en la UFV.
¿Cuál es el sentido de integrar la Acción Social en la formación universitaria?
La Universidad Francisco de Vitoria nace con la acción social como característica. Ha sido un camino largo que ha desembocado en una asignatura. Hemos pasado de justificar las horas de prácticas a responder a la demanda de los alumnos de un acompañamiento por parte del profesor dentro del aula. El fin sigue siendo formar alumnos y profesionales socialmente responsables.
¿Cómo valoras los datos con los que ha arrancado el curso?
El momento de recibir a 115 instituciones y 1.200 alumnos con los ojos bien abiertos fue brutal. En el acto les explicamos en persona el proyecto formativo y se produjo un primer encuentro entre los alumnos y las instituciones.
El momento de recibir a 115 instituciones y 1.200 alumnos con los ojos bien abiertos fue brutal. En el acto les explicamos en persona el proyecto formativo y se produjo un primer encuentro entre los alumnos y las instituciones.
Además, hemos incorporado una novedad: una app. En la aplicación los alumnos rellenan sus datos y sus preferencias de prácticas sociales y se les sitúa en la institución que más se ajuste a ellos.
Con ello, pretendemos buscar el mejor lugar para que el alumno ponga en juego su don, para que salgan de ellos mismos para entrar en la realidad de otros.
¿Cuáles son las expectativas para este nuevo año?
De momento ha crecido el número de alumnos, el de instituciones y el de personal del departamento. El objetivo es que la experiencia sea transformadora para los alumnos. Queremos acompañar a los 1.200 estudiantes y que se sientan acompañados.
¿Cómo podemos valorar el encuentro que ofrecen las prácticas?
Somos una universidad católica, pero muy libre. De hecho, hay instituciones que no son católicas y que trabajan con nosotros como es el caso de la Asociación Española contra el Cáncer. Para los católicos es, además, una oportunidad de dar y recibir testimonio de fe.
¿Cómo es la evolución de los alumnos en la relación con las instituciones en esta experiencia?
Los alumnos empiezan incomodados, pero eso no es malo, porque les remueve, les saca de su zona de confort. La experiencia prueba que en los primeros meses hay que estar muy pendiente de los trámites, pero cuando comienzan las prácticas, el alumno se empapa y se adapta, para que, en mayo, llegue el momento dulce. Al final acaban agradecidos. Por ello, la asignatura y las prácticas van de la mano.
¿Cuáles son las expectativas para este nuevo año?
De momento ha crecido el número de alumnos, el de instituciones y el de personal del departamento. El objetivo es que la experiencia sea transformadora para los alumnos. Queremos acompañar a los 1.200 estudiantes y que se sientan acompañados.
¿Cómo podemos valorar el encuentro que ofrecen las prácticas?
Somos una universidad católica, pero muy libre. De hecho, hay instituciones que no son católicas y que trabajan con nosotros como es el caso de la Asociación Española contra el Cáncer. Para los católicos es, además, una oportunidad de dar y recibir testimonio de fe.
¿Cómo es la evolución de los alumnos en la relación con las instituciones en esta experiencia?
Los alumnos empiezan incomodados, pero eso no es malo, porque les remueve, les saca de su zona de confort. La experiencia prueba que en los primeros meses hay que estar muy pendiente de los trámites, pero cuando comienzan las prácticas, el alumno se empapa y se adapta, para que, en mayo, llegue el momento dulce. Al final acaban agradecidos. Por ello, la asignatura y las prácticas van de la mano.
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