31 de marzo de 2016

Juventud Misionera | Pablo: mis misiones en Cartagena han sido "acompañar y estar acompañado, escuchar y ser escuchado"

Pablo Valentín-Gamazo es alumno de 3º de Periodismo de la Universidad Francisco de Vitoria. Y este año ha decidido decir sí a una nueva experiencia en Semana Santa: ir de Misiones con Juventud Misionera a Cartagena, Murcia. Para ello, como sucede siempre al principio, se ha tenido que vencer a sí mismo: "Yo creo que, al final, la propia fe se encarga de hacer necesarias esta clase de oportunidades para sólo tener que hacer el esfuerzo de dar un 'sí". En esta entrevista nos cuenta cómo han sido estos días y qué ha significado para él esta otra manera de vivir esta Semana Santa.




Estas son tus primeras Misiones, ¿cuáles eran tus expectativas antes de ir?
Por un lado, al ser una experiencia nueva, todo lo que pudiera pasar tendría una lectura positiva. La expectativa principal era vivir la Semana Santa y dar testimonio de la fe y recibirlo de los demás. Además, buscaba compañía de gente joven, gente nueva, con la que compartir este tiempo.

¿Por qué te decidiste en pasar esta Semana Santa de manera diferente?
Por necesidad. En términos de vivencia de la fe, quizás la rutina nos 'acomoda' frente a lo que sucede durante la Semana Santa y se necesita, necesitas, recordar o volver a vivir. Yo creo que, al final, la propia fe se encarga de hacer necesarias esta clase de oportunidades para sólo tener que hacer el esfuerzo de dar un 'sí'.

Durante estas Misiones, ¿qué ha sido lo que más has disfrutado?
La compañía, tanto de los misioneros como de los sacerdotes y consagradas, y las oportunidades de hacer silencio interior. Podría decir que el enfoque de la misión: acompañar y estar acompañado, escuchar y ser escuchado.

En estos cinco días habrás vivido diferentes experiencias, ¿con cuál te quedas?

Rescataría el momento de acompañar a las consagradas a dar la comunión a los enfermos y personas mayores, porque se experimenta la misericordia delante de los propios ojos, tanto de quien la dispensa como en el fervor de quien la recibe. Además, por el valor que esas personas depositan en el sacramento y en que alguien les escuche, les sonría, les acompañe.

Si quisieses aconsejar a otros jóvenes que fuesen, ¿qué les dirías?
Que sean libres de dar su sí, que cuanta más pereza les produzca o menos les apetezca, más lo van a disfrutar, más lo necesitan y más necesita la misión de ellos. Supone salir de la rutina, de uno mismo, conocer gente y cambiar de aires.

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