El curso del método Billings “ha tenido buen resultado, aunque no es igual que hacerlo en cercanía”, nos explica el Dr. Ortín. “Vamos pasando las diapositivas, con las enseñanzas y comentarios, y aclarando las dudas con los micrófonos abiertos, mientras que la revisión de gráficas, que siempre es individual, las realizamos mediante llamadas telefónicas o por medio de la gráfica electrónica”.
El cursillo prematrimonial ha exigido mayor esfuerzo al no ser sesiones tan estandarizadas, aclara Rafael Ortín, “pero a su vez no nos limitamos al tiempo que impone una charla, por lo que los novios tienen mejor oportunidad de analizar los contenidos”. En el trabajo previo, los instructores del curso de novios envían presentaciones, encuestas, hojas con puntos breves a trabajar por los novios y también algunos vídeos. “Se trata de un material que hemos ido archivando a través de los años como apoyo. Nuestra innovación comienza con las videollamadas para dialogar, hacer comentarios, aclaraciones...”.
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