27 de febrero de 2020

Paula y Javier, como novios, en Familia Misionera: “No teníamos mucha experiencia evangelizando y fueron los niños los que nos enseñaron cómo hacerlo”

Paula y Javier, en el centro de la imagen
Paula es de Valencia y Javier, de Pamplona. Son matrimonio, pero el año pasado acudieron, aún como novios, con Familia Misionera a la zona de Teruel, con los misioneros que partían del colegio Real Monasterio de Santa Isabel, de Barcelona. Una semana después, se casaron. A continuación puedes leer su testimonio, y cómo el ir de misiones les ayudó y les sigue ayudando a vivir su fe, a pesar de la pereza que da salir de la comodidad. Nos cuentan que “se habla mucho de la España olvidada, para nosotros fue un recordatorio de que esa España existe y Dios no la olvida”. Este año volverán.


“Nosotros fuimos a las misiones de Familia Misionera como novios y vivimos esta experiencia como preparación para nuestra boda que sería justo una semana después.

Nos daba pereza, la verdad, pero pensamos que la vida está para entregarla y que no podemos dejar que la fe muera en España por pereza.

Fuimos a Teruel y allí conocimos un grupo de matrimonios que nos inspiraron, gente entregada y alegre, en quienes veíamos un modelo. Nos acogieron con mucho cariño y nos hicieron sentir como en casa.

También recordamos con cariño a Elkin, el párroco de Montalbán. Un colombiano con corazón misionero que pasa sus días de casa en casa saludando y evangelizando a los habitantes del pueblo. Es muy bonito ver cómo de Europa se llevó la fe a América y ahora ellos vienen a traérnosla de vuelta.

Se habla mucho de la España olvidada, para nosotros fue un recordatorio de que esa España existe y Dios no la olvida. Desde entonces la llevamos en nuestro corazón y rezamos por esos sacerdotes que están tan solos intentando instaurar el Reino de Cristo en esos pueblos perdidos.

No teníamos mucha experiencia evangelizando y fueron los niños los que nos enseñaron cómo hacerlo. Los niños… y sus padres. Recorrían las calles llenando de esperanza y alegría los corazones de sus gentes, hablándoles del amor de Dios.

Da pereza, sí, pero vuelves a casa con la sensación de haber rozado el cielo.

Este año repetiremos”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por darnos tu opinión