Tras un mercadillo medieval, donde se podían ganar puntos para más tarde recibir un premio, comenzó la cena: todo “muy medieval”, como nos comenta uno de los organizadores: sin cubiertos y con las manos, longanizas, pollo, chorizos, etc. Y al finalizar hubo un baile, también medieval, que iniciaron los reyes de la fiesta, Javier Cerdá e Inés Martínez. Después, el brindis medieval y la entrega de premios, que fueron para el chico y chica que mejor comportamiento habían tenido durante la cena, los cuales recibieron la corona.
Tal y como nos explica Jaime Reig, responsable del club Faro, “todo el esfuerzo mereció la pena porque al acabar la fiesta cada uno de los chicos tenían una sonrisa en la cara, porque Dios está en cada lugar y en cada momento”.
Si quieres ver una fotogalería, entra en este enlace, y el vídeo haciendo clic en la imagen.
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