“Todos estamos aquí para una misión: el bautismo nos echa fuera: id y predicad. Y esto vale para todos. Cada uno con su vocación: los casados, como casados; los solteros, como solteros. Todos siempre dispuestos a dar la vida por Cristo y a testimoniar a Cristo en la vida cotidiana”, son palabras de don José Rodríguez Carballo, O.F.M., Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, a los laicos del Regnum Christi tras la entrega de los decretos de erección de las consagradas y los consagrados. Unas declaraciones en las que ha querido enviarles tanto a ellos como a
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A ellas les explica que “les espera una gran misión: ser consagradas como sociedad de vida apostólica significa que su lugar son las plazas, las calles… allí donde las mujeres y hombres de hoy sufren, gozan, esperan y también se sienten frustrados. Por eso os digo: salid, aunque hay que volver de vez en cuando a las sacristías. Dad testimonio claro de vuestra consagración”. Y a ellos les explica que “ser laico consagrados significa vivir la consagración al Señor a través de los votos de castidad, pobreza y obediencia en medio del mundo. Por eso os digo como san Francisco a sus frailes: ‘Vuestro claustro, el mundo’. Y vuestra clausura: la obediencia y la comunión entre vosotros, y de vosotros con la Iglesia y todo el Regnum Christi. Pero por favor, salid. Necesitamos laicos comprometidos: si no, no tenéis razón de ser en la Iglesia. No tengáis miedo, no os esperará una misión fácil. Jesús vino a traer fuego y ojalá haya muchos incendiarios. A vosotros os toca ser portadores de fuego para que arda los corazones del amor a Jesús”.
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