Un grupo de alumnas trabajó codo con codo en un equipo compuesto por un médico, una enfermera, varios voluntarios y enfermos. Su labor consistió en pasear a los enfermos, darles de comer, asearlos y llevarlos a la gruta. Otro grupo de alumnas apoyó en el comedor preparándolo para recibir a los enfermos en sus comidas, servirles y darles de comer.
La procesión de antorchas, la procesión con el Santísimo y la entrada en las piscinas fueron momentos muy especiales que no pudieron faltar en la peregrinación y en las que participaron tanto enfermos como voluntarios.
"Participar en la Hospitalidad de Madrid por primera vez fue una experiencia en la cual comprobé que darnos a los demás de una forma desinteresada y generosa nos trae la alegría de ser un cristiano autentico. De esta manera, el Papa Francisco nos invita a ser jóvenes que hagamos lío y no seamos jóvenes de sofá", comenta para LomásRC una chica del colegio.
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