Mariana, la segunda por la izquierda, junto a otras participantes en el programa Interecclesias en Croacia |
“Al igual que existen intercambios y experiencias de vivir en otro país en el ámbito académico y juvenil, surgió la idea hace un par de años de por qué no vivir y compartir la fe en otra nación, diócesis o parroquia”, explica el P. Arturo Díaz, L.C., a LomásRC.
“Como la misma palabra expresa Interecclesias significa ‘Entre Iglesias’, y lo que busca es hacer compartir a los jóvenes los valores que tienen en sus Iglesias como la fe, la familia, la cultura, el arte, la música, la historia, los santos, la obras de caridad…”. Hasta el momento el proyecto se ha desarrollado en Letonia, España y Croacia. Abarcando varias ciudades, diócesis y parroquias, en las que jóvenes de estos países han hecho la experiencia de lo que es compartir y testimoniar la vida cristiana.
A continuación te ofrecemos el testimonio de Mariana Pallarés:
Interecclesias Croacia 2018, para mí, fue una experiencia del amor de Dios que nunca imaginé vivir de esa forma. Es un apostolado que me llevó a ver más allá de lo que conocemos sobre nuestra fe, porque pude conocer muchas caras de ese amor de Dios. Vivimos dos semanas con un grupo de chicos croatas que nos enseñaron más allá de su cultura y su país; nos acompañaron, nos recibieron en sus casas y nos demostraron que vivir la fe de una forma tan auténtica y sencilla sólo trae felicidad.
Vivir esta experiencia en grupo también me permitió compartir con todas esas personas diferentes emociones que fueron apareciendo por el camino, donde juntos nos apoyábamos y nos unían cada vez más. Definitivamente, lo más bonito de vivir la fe es cuando la compartes.
Interecclesias me enseñó que una peregrinación tiene una meta, un propósito, un sentido, etapas, rutas y que no es solo por un camino temporal, sino que es un camino de vida.
Dios no dejó de sorprenderme en las dos semanas que estuvimos peregrinando por todas esas ciudades croatas. Sobre todo, me demostró que aunque hables croata, inglés o español, el idioma de la fe es lo que nos une, o dicho en croata: “ONO ŠTO NAS UJEDINJUJE”.
Vivir esta experiencia en grupo también me permitió compartir con todas esas personas diferentes emociones que fueron apareciendo por el camino, donde juntos nos apoyábamos y nos unían cada vez más. Definitivamente, lo más bonito de vivir la fe es cuando la compartes.
Interecclesias me enseñó que una peregrinación tiene una meta, un propósito, un sentido, etapas, rutas y que no es solo por un camino temporal, sino que es un camino de vida.
Dios no dejó de sorprenderme en las dos semanas que estuvimos peregrinando por todas esas ciudades croatas. Sobre todo, me demostró que aunque hables croata, inglés o español, el idioma de la fe es lo que nos une, o dicho en croata: “ONO ŠTO NAS UJEDINJUJE”.
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