En nuestro trato cotidiano con Jesús “podemos aprender a ver más profundamente la realidad, a descubrir la presencia misteriosa de Dios que se esconde dentro de cada acontecimiento y de cada persona. Cuando buscamos su rostro, aprendemos a reconocer a Jesús que se identifica con cada uno de nuestros hermanos, especialmente los más necesitados. Para un miembro del Regnum Christi, como para cualquier cristiano, esta experiencia de Jesús no puede ser algo que guarde solamente para sí. La caridad lo impulsa a compartirlo, a irradiar a Cristo, porque es siempre un apóstol”.
“Solamente con una mirada de fe y de amor como la de Cristo, que es un don que viene de lo alto, podremos amar a Cristo en nuestros prójimos y redescubrir que también nosotros somos hijos incondicionalmente amados”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por darnos tu opinión