Supongo que para todo hay que estar preparado, y si algo he aprendido en estos años yendo de misiones, es que hay ciertas cosas que son imprescindibles llevar en la mochila.
En primer lugar e imprescindible, un crucifijo, para no olvidar nunca en nombre de quién estamos misionando, y quién es el que nos ha traído hasta allí.
En segundo lugar, ganas, muchas ganas, ganas de amar, de servir y de disfrutar de la fe y de los demás.
También, conviene llevar bastante paciencia, pues como todo, hay momentos más duros, y personas que no tienen alguien que les haga caso durante mucho tiempo…
En primer lugar e imprescindible, un crucifijo, para no olvidar nunca en nombre de quién estamos misionando, y quién es el que nos ha traído hasta allí.
En segundo lugar, ganas, muchas ganas, ganas de amar, de servir y de disfrutar de la fe y de los demás.
También, conviene llevar bastante paciencia, pues como todo, hay momentos más duros, y personas que no tienen alguien que les haga caso durante mucho tiempo…
No está de más ir con buena compañía, ya que siempre habrá experiencias que compartir.
Muy importante un buen calzado: ¡es imposible llevar a Cristo a los demás con dolor de pies!
Además, es esencial, llevar un corazón abierto para poder dar lo mejor de nosotros.
En la mochila también es recomendable llevar mucha mucha alegría y positividad, y si es acompañado de una guitarra o un cajón flamenco, mejor que mejor.
El consejo número 8, ganas de aprender: todo el mundo te va a aportar algo.
Muy importante un buen calzado: ¡es imposible llevar a Cristo a los demás con dolor de pies!
Además, es esencial, llevar un corazón abierto para poder dar lo mejor de nosotros.
En la mochila también es recomendable llevar mucha mucha alegría y positividad, y si es acompañado de una guitarra o un cajón flamenco, mejor que mejor.
El consejo número 8, ganas de aprender: todo el mundo te va a aportar algo.
De la mano de María, todo es más sencillo, ¿por qué no levar también un rosario?
Y en último lugar, aunque no por ello menos importante, es imprescindible saber que eres un instrumento de Dios para cambiar el mundo con su palabra.
Con esta mochila tan llena te recomiendo irte de misiones, y te aseguro, que volverás con ella más llena aún de amigos, de experiencias, y sobre todo, de Cristo.
Y en último lugar, aunque no por ello menos importante, es imprescindible saber que eres un instrumento de Dios para cambiar el mundo con su palabra.
Con esta mochila tan llena te recomiendo irte de misiones, y te aseguro, que volverás con ella más llena aún de amigos, de experiencias, y sobre todo, de Cristo.
Para ir de misiones esta Semana Santa, tienes más información en la web oficial de Juventud y Familia Misionera.
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