13 de octubre de 2016

La importancia y necesidad de la vida de equipo, tema de las jornadas inaugurales del curso del Regnum Christi en la Universidad Francisco de Vitoria

Tener clara la identidad de lo que es un equipo del Regnum Christi para que se pueda vivir en plenitud ha sido el objetivo de las jornadas de formación, los días 7 y 8 de octubre, que han abierto el curso para las secciones de jóvenes y adultos en la Universidad Francisco de Vitoria. El P. Florencio Sánchez, L.C., director de la sección de adultos en la universidad, repasó los fundamentos antropológicos, bíblicos y eclesiales que dan fundamento a la vida de los equipos. Y el P. Javier Oseguera, L.C., director de chicos, la historia y espiritualidad de la vida de equipo en el Regnum Christi.

“Es un hecho que el hombre es un ser social y, de hecho, los cristianos formamos el Pueblo de Dios -explica para LomásRC el P. Oseguera-. Por su parte, para el Regnum Christi, inspirándose en capítulo 3 del evangelio de san Marcos, en el que Jesús elige a los apóstoles ‘para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar’, el equipo adquiere dos cometidos: por un lado ser una comunidad de oración, es decir un lugar para el encuentro con Cristo; y, a la vez, una comunidad de acción, es decir para ayudar en la santificación de los demás. Como diría el Papa Francisco: ‘Una Iglesia en salida”, concluye el director de los jóvenes de la UFV.



Juan, uno de los participantes, añade además que “los equipos del Regnum Christi deben ser como las primeras comunidades cristianas, donde todos nos apoyemos, nos aconsejemos, nos guiemos... de quienes se diga ‘míralos cómo se aman".

Uno de los momentos más significativos de las jornadas fue el encuentro con representantes de otros movimientos para compartir cómo se vive la vida de equipo o de comunidad en su realidad eclesial.. En concreto participaron Blanca Peláez-Campomanes del Camino Neocatecumenal, José María Alejos, de Comunión y Liberación y José María Navalpotro, de la Congregación mariana del Mater Salvatoris. Este encuentro aportó un gran valor a las jornadas porque sirvió para constatar que en toda la Iglesia la pertenencia a un núcleo pequeño, llámese equipo o comunidad o congragación, es una necesidad de identidad y una experiencia enriquecedora.



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