15 de junio de 2016

Eduardo Aranda, juez diocesano de Madrid, imparte en DIF una conferencia sobre nulidades matrimoniales

“El mayor reto es proteger la verdad y la indisolubilidad del vínculo matrimonial, y tener cuidado con emitir opiniones equivocadas. No se trata de anular un vínculo matrimonial, sino declarar que no ha existido tal vínculo matrimonial en los casos en que así se pruebe”, ha explica don Eduardo Aranda, juez diocesano de Madrid, en una conferencia para el equipo de matrimonios formadores de DIF, el pasado miércoles 1 de junio, en centro de Almagro.

Al hilo de actualidad y tras la Carta Apostólica en forma de "Motu Proprio", Mitis et misericors Iesus, don Eduardo fue exponiendo a los participantes las novedades que ha señalado el Santo Padre en este documento. Entre ellas, con el ánimo de agilizar el proceso, la abolición de la doble sentencia y la posibilidad de un juez único, dando potestad al obispo para ser juez de primera instancia. Además señaló que cada diócesis debe nombrar un juez o un tribunal para procesar los casos. También abordó la gratuidad del proceso para aquellos que no puedan costearlo.

Otro de los temas que trató don Eduardo fueron los motivos por los que un matrimonio puede ser considerado no válido. El Código de Derecho Canónico divide las causas en tres grandes grupos: las circunstancias externas que hacen imposible contraer matrimonio (impedimentos); las circunstancias internas que afectan a la voluntad de quienes van a contraer matrimonio y hace éste inválido (vicios de consentimiento); y las formalidades que se deben seguir para contraer un matrimonio válido (defectos de forma).




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