10 de marzo de 2016

Familia Misionera, el día a día en la Semana Santa

La Semana Santa y la Pascua son los momentos más importantes del año en la vida de cristiano. A los párrocos se les incrementa el trabajo y toda ayuda siempre es poca. Aquí es justamente cuando Familia Misionera entra en acción. ¿Qué necesita un párroco que atiende 10 parroquias? Unas veces será preparar los oficios, otras convocar a chicos, jóvenes y grandes a las celebraciones de estos días, también puede ser traer a la iglesia a las mayores impedidas… Son días intensos de actividades, pero también de experiencias fe y servicio a la Iglesia.



La jornada siempre empieza con las oraciones de la mañana que lo habitual es que se hagan en la parroquia del pueblo. Unas primeras oraciones y una reflexión evangélica sobre el misterio central del día son el punto de partida. Después, y tras el desayuno, los mayores se reúnen para programar la jornada, distribuir las visitas a las casas del pueblo, ver los horarios…

Normalmente hacia las 11:30 comienzan las visitas. Como es lógico hay lugares en donde los misioneros son mejor recibidos que en otros... En cualquier caso, lo importante, es que después de cada visita, Cristo se quede en la casa.
A unas familias se les invita a las celebraciones litúrgicas, con otras además se reza… para todos siempre queda el testimonio y la palabra que el Espíritu Santo pone en boca de los misioneros. Muchas personas explican su experiencia de fe –o de pérdida de fe-. La labor del misionero a veces es escuchar; en ocasiones se entablan intensos diálogos en donde el testimonio de una familia que es capaz de sacrificar sus vacaciones por estar con los vecinos de este pueblo es capaz de trasformar los corazones más duros. No faltan ocasiones en la que los misioneros descubren realidades complejas que es bueno que el párroco conozca para poder ayudar de la forma más idónea…

Después de la comida y un merecido descanso, los misioneros preparan los oficios, en donde harán de monaguillos, leerán las lecturas... También es habitual que tengan que explicar cómo confesarse a quien no lo ha hecho en años… En muchos pueblos hay que sacar algún paso por las calles. Imágenes que, en ocasiones, llevan años sin salir del templo por falta de gente que los cargue. El Jueves Santo es normal organizar turnos de adoración ante el Santísimo o dirigir alguna reflexión a los feligreses que acudan a la Hora Santa.

Cada día y cada pueblo tiene necesidades diferentes, pero después de cenar, cada noche, se hace una reunión de evaluación, se compartan experiencias, sobre todo los padres, mientras los hijos están jugando por el pueblo o viendo alguna película con chicos de su edad…

Por supuesto, el sábado hasta media tarde hay plan familiar… se visita algún pueblito cercano, comida campestre, partidos de futbol…

Es todo un plan en familia en donde se combina misión, ayuda a quien lo necesita, testimonio… y por supuesto momentos únicos de convivencia con otras familias con los que vivir la alegría de la fe hecha vida.




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