Con este lema se festejará el Día de la Iglesia Diocesana. Se trata de una jornada dedicada a recordar que nuestra pertenencia a la Iglesia Católica se concreta para cada uno en la “Iglesia particular”, es decir, en la diócesis a la que pertenecemos por vivir en un determinado municipio. Esto no quita valor ni a las parroquias ni a los movimientos u otras formas de organización de los fieles. Todo lo contrario. La Iglesia diocesana, cuyo Padre y Pastor es el Obispo, da sentido a estas comunidades que viven en su seno.
Para cumplir con su misión evangelizadora, la Diócesis necesita parroquias, colegios diocesanos, seminarios, centros de asistencia social… Por eso la Iglesia necesita tu ayuda y tu compromiso económico, esto es, tu oración y tu limosna. ¡Ora por tu diócesis y apóyala económicamente!
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