Los galardones que otorga la Fundación Alter Christus a los sacerdotes “surgen de la necesidad de reconocer lo que ellos hacen en nombre de Cristo”, ha explicado el P. Agustín de la Vega, L.C., en el acto de entrega de estos reconocimientos, el pasado lunes 24 de noviembre. El mismo padre concretó la misión de la Fundación en “ayudar a los sacerdotes y cuidarlos”.
La Fundación ha otorgado cuatro reconocimientos en áreas capitales de la misión de los sacerdotes: “atención al clero”, “pastoral social”, “pastoral familiar” y “Nueva Evangelización”.
Don Justo Bermejo, galardón “Atención al clero”
Se trata del reconocimiento que más directamente se relaciona con el trabajo de la Fundación Alter Christus. Don Justo se ordenó sacerdote en 1953, y después de diversas tareas pastorales, en 1995, el entonces arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco, le nombró Vicario Episcopal para el Clero, puesto en el que permanece.
Nosotros predicamos y lo vivimos, pero quienes están metidos en el mundo y puede ser levadura que transforme la masa son los seglares. Hacer que sean signo de la presencia de Cristo en el mundo, es la tarea grandiosa del clero”.
P. Jaime Garralda, S.J., galardón de “Pastoral Social”
Este sacerdote se ha dedicado desde que entró en la Compañía de Jesús a defender a los pobres y marginados. La mayor parte de sus 93 “castañas”, como dice él mismo, las ha pasado trabajando con los presos.
En su día había desnudos, hoy hay gente sin techo… Por eso “Cristo, que era muy listo, sabía que a lo largo de los siglos nadie iba a querer a los marginados. Por eso encargó a los suyos que les cuidasen”.
"Yo tengo la dicha –explicó Garralda- de haber estado con marginados, son las personas más cariñosas. Y con el Evangelio en la mano, todo te sabe a gloria (...) Yo no tengo mérito alguno. Yo lo que he hecho toda mi vida ha sido estar feliz en la Compañía de Jesús”.
Mons. Esteban Escudero, Obispo de Palencia, galardón a la “Nueva Evangelización”
El actual obispo de Palencia fue ordenado sacerdote en 1975 dedicando la mayor parte de su tiempo a la atención a los jóvenes, por un lado, y a formarse y dar clases de filosofía, por otro. Como él mismo reconoció, no es una persona que domine la informática, pero sí es cierto que sabe usar las nuevas tecnologías para la predicación. De ahí, por ejemplo, las 54 catequesis online explicando el Catecismo de la Iglesia Católica, u otros cursos que ha impartido, usando estas herramientas.
Así, durante 54 semanas, todos los martes desde su casa, Roma o Jerusalén, el obispo no faltó nunca a su cita: “Ha sido una experiencia preciosa cuando después de la catequesis había alguien que llamaba de California, de Buenos Aires, de Cádiz… Es la experiencia de la universalidad de la Iglesia”.
P. Juan de Dios Larrú, DCJM, galardón a la “Pastoral familiar”
Ordenado sacerdote en 1997, el padre Larrú pertenece a la congregación de los Discípulo de los Corazones de Jesús y María. Es presidente de la sección española del Instituto Juan Pablo II y presidente de la Asociación Persona y Familia. El P. Larrú no pudo asistir a recoger el premio, pues un compromiso que tenía como decano del Instituto Juan Pablo II le requería en otro lugar.
En sus palabras de agradecimiento, don Justo explicó que “la figura del cura que trabaja en parroquia o en los colegios, el que está al servicio de los seglares, es la figura central en la Iglesia. Es el rol más importante de todos”. “Lo que me preocupa cuando trabajo con sacerdotes –explicó Bermejo- es que vayamos siendo verdaderos pastores, que ayudemos a los fieles a ser los anunciadores del Evangelio. Nosotros predicamos y lo vivimos, pero quienes están metidos en el mundo y puede ser levadura que
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P. Jaime Garralda, S.J., galardón de “Pastoral Social”
Este sacerdote se ha dedicado desde que entró en la Compañía de Jesús a defender a los pobres y marginados. La mayor parte de sus 93 “castañas”, como dice él mismo, las ha pasado trabajando con los presos.
Comenzó su intervención explicando la diferencia entre pobre y marginado: “Marginado es el que está por debajo del pobre. Al pobre, la gente le da lástima y se echa la mano al bolsillo. Ante el marginado –concluyó-, la gente ni le mira, ni le quiere”. Seguidamente explicó que los tiempos han cambiado, pero los marginados del tiempo de Cristo y los de ahora son los mismos. Antes había lepra, ahora hay drogadicción. Entonces había peregrinos, hoy están los que viene en pateras.
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"Yo tengo la dicha –explicó Garralda- de haber estado con marginados, son las personas más cariñosas. Y con el Evangelio en la mano, todo te sabe a gloria (...) Yo no tengo mérito alguno. Yo lo que he hecho toda mi vida ha sido estar feliz en la Compañía de Jesús”.
Mons. Esteban Escudero, Obispo de Palencia, galardón a la “Nueva Evangelización”
El actual obispo de Palencia fue ordenado sacerdote en 1975 dedicando la mayor parte de su tiempo a la atención a los jóvenes, por un lado, y a formarse y dar clases de filosofía, por otro. Como él mismo reconoció, no es una persona que domine la informática, pero sí es cierto que sabe usar las nuevas tecnologías para la predicación. De ahí, por ejemplo, las 54 catequesis online explicando el Catecismo de la Iglesia Católica, u otros cursos que ha impartido, usando estas herramientas.
“No hemos hecho más que lo que teníamos que hacer”, fueron las primeras palabras de don Esteban. El papa Benedicto XVI pidió que los sacerdotes y obispos que explicaran el Catecismo de la Iglesia Católica en el Año de la fe: “Eso es lo que me propuse hacer. Lo hacía para mis fieles. Pero el P. Agustín me propuso además ampliar el radio de influencia a través de internet”.
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Así, durante 54 semanas, todos los martes desde su casa, Roma o Jerusalén, el obispo no faltó nunca a su cita: “Ha sido una experiencia preciosa cuando después de la catequesis había alguien que llamaba de California, de Buenos Aires, de Cádiz… Es la experiencia de la universalidad de la Iglesia”.
P. Juan de Dios Larrú, DCJM, galardón a la “Pastoral familiar”
Ordenado sacerdote en 1997, el padre Larrú pertenece a la congregación de los Discípulo de los Corazones de Jesús y María. Es presidente de la sección española del Instituto Juan Pablo II y presidente de la Asociación Persona y Familia. El P. Larrú no pudo asistir a recoger el premio, pues un compromiso que tenía como decano del Instituto Juan Pablo II le requería en otro lugar.
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