Creció en un país donde "el ateísmo no es tan común"; conoció el Regnum Christi en Manila, a través de Juventud Misionera; fue dos años colaboradora (medio en Chicago y el resto en su tierra natal); se consagró a Dios hace 4 años y acaba de renovar su promesas. Ella es Claire Umali, consagrada filipina. Ha vivido en España, y acaba de ser destinada a su tierra, que ella considera una puerta entre el Cristianismo y la cultura oriental. (Continuar leyendo)
1. ¿Cómo conociste a Dios?
En Filipinas, el 90% de ka población es cristiana, y el 80 o 90% de los cristianos son católicos. Entonces, conocí a Dios porque la cultura está empapada de Él, o al menos del concepto de Él. El ateísmo no es tan común en Filipinas. Casi todo el mundo cree y sabe que Dios existe. Sólo algunos no creen en la Iglesia, yo antes estaba entre ellos.
2. ¿Conociste el Regnum Christi en Filipinas?
Sí, conocí el Movimiento en Filipinas en 2005. Cuando estaba estudiando en la universidad, había una pareja de Segundo Grado tercer matiz que estaban en Filipinas. Él era profesor de Teología en la universidad y allí empezó Juventud Misionera.
Una amiga me invitó a ir y fui solamente por la aventura: porque las misiones iban a ser en una isla (de las 7.000 que tenemos). También conocía a varios de los misioneros por lo que me fue fácil decidir ir; además, la Semana Santa era una semana después de nuestra graduación.
3. ¿Cuál fue tu principal motivación para querer consagrar tu vida a Dios?
Él me ha mostrado que se enamoró de mí y que quiere que sea de Él desde ahora para siempre. Para mí, mi consagración es nada más y nada menos que una historia de dos corazones que se enamoraron entre sí. Como dice la amada en el Cantar de los Cantares: “Mi amado es para mí y yo para mi amado” (Cant. 2, 16).
4. Después de estos 4 años ¿qué es lo que más valoras o agradeces de tu vida consagrada?
Lo que más valoro es la experiencia profunda del amor personal, apasionado y fiel que Dios me tiene. Y creo que es lo que voy a valorar para toda mi vida.
5. ¿Qué es para ti evangelizar?
Para mí, evangelizar es anunciar a Jesucristo: que el Hijo de Dios, que es Dios mismo, se ha hecho carne por amor a ti y a mí. Padeció y murió para mostrar a cada uno su amor incondicional. Y resucitó por la misma razón. Una evangelización sin mencionar a Jesucristo no es una evangelización. Junto con anunciarle, es también hacer todo lo posible para que los demás tengan la experiencia de su amor tan grande y personal; porque él no vino para todos los hombres, vino para cada uno.
6. ¿Qué retos y oportunidades le plantea Filipinas a la Iglesia?
El diálogo con la cultura es una clave importante en la Nueva Evangelización que propone la Iglesia. Filipinas, como el único país oriental de mayoría católica, está siempre considerada como la puerta de evangelización de la Iglesia al Oriente. Esto no es solamente por su ubicación geografía, sino también por compartir con el resto de Asia, especialmente con el Oriente Lejano, la cultura oriental.
Con esta oportunidad tan grande que tiene el país, el gran reto es la formación doctrinal de los filipinos católicos para poder ayudar en la evangelización de otros países en Asia. Junto con la formación, el reto es que los filipinos experimenten personalmente el amor tan grande de Jesucristo que les impulsará a anunciar este amor a los demás, “porque el amor de Cristo nos apremia” (2 Cor 5, 14).
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