14 de diciembre de 2016

Las señoras Regnum Christi de Sevilla, un solo corazón con las Hermanas Agustinas del convento de San Leandro

Un grupo de señoras de Regnum Christi de Sevilla, acompañadas del P. Raul López, L.C., visitaron hace unos días el convento de San Leandro, de las hermanas Agustinas, en la capital hispalense. Con ellas compartieron merienda, rezo de vísperas y Misa. Las 18 hermanas que viven allí contaron su día a día de oración y trabajo, su vida en comunidad y su vocación. Esta es la historia de una relación de comunión y amistad de varios años, que nació cuando varias señoras, algunas cercanas al Regnum Christi, supierom de la precaria situación en la que vivían las hermanas; y decidieron ayudarlas.

Martina, de la sección de adultos Regnum Christi de Sevilla, ha contado a LomásRC cómo se vive actualmente esta amistad.


“Hace unos años llegó a nuestros oídos –explica Martina- que había algunos conventos que estaban pasando necesidad, ya que al ser sus edificios muy antiguos, con la aportación de la diócesis y lo que  generaban con la venta de dulces, no les llegaba para arreglarlos y mantener a las religiosas que en ellos vivían”.

Fue entonces cuando un grupo de señoras se reunieron y tomaron la determinación de ayudar cada una a un convento y buscar más personas que las ayudaran. “Una de ellas, que pertenece a nuestro equipo de RC –explica Martina-, me lo propuso a mí, y desde hace cuatro años, con la aportación económica del grupo que se creó, voy con ella a comprarles la comida del mes”. De esta manera la asignación de la diócesis la pueden destinar a las necesidades del convento y no a las suyas personales.

Un convento del siglo XIII
En el convento de San Leandro viven 18 religiosas. La madre superiora y otra hermana son españolas; el resto, de Tanzania y Kenia pues allí tienen convento, y son tierras donde actualmente surgen muchas vocaciones. Hace un mes hubo una profesión de votos perpetuos de tres de ellas y a principio de año profesarán otras dos después de 7 años de preparación y discernimiento. El convento de san Leandro, aunque ha tenido varias sedes, posee una larga historia que comenzó en 1295 y posee un rico patrimonio artístico.

Las Agustinas son monjas de clausura y su carisma es vivir en comunidad con una sola alma y un solo corazón hacia Dios. Su vida diaria transcurre entre la oración, el trabajo, labores de bordado y la elaboración de dulces: entre otros, las famosas yemas de San Leandro.

Martina nos comenta que tiene "la suerte de ir una vez al mes con Paloma a visitarlas. Entrar en el convento es como pisar un trocito de cielo, se respira paz y amor de Dios. Todas andan alegres en sus labores y esa alegría se desborda cuando suena la campana para la llamada al coro, a la oración... La luz que tienen en su mirada y con qué amor hablan de su experiencia de Dios... ves cómo, viviendo en pobreza, poseen la mayor riqueza: Dios en su corazón”.



Para concluir, Martina hace una llamamiento al resto de los miembros del movimiento: “Sería bueno que todos pudiéramos acercarnos a los conventos de nuestra localidad a interesarnos por las condiciones en que se encuentran: y no sólo económicas. Nosotras somos para ellas parte de su familia, personas con las que hablan y por quienes se sienten queridas”.


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