En la Aldea de la Madre, el trabajo consiste en colaborar con los jóvenes en rehabilitación a realizar sus tareas en el campo, recolectando lavanda para meterlo en saquitos que después venden a los visitantes, y seleccionando trozos de azulejos en tamaños y colores para hacer mosaicos, entre otras tareas.
En ocasiones anteriores acompañaba al grupo el P. Miguel Segura, L.C., pero este año son el P. Javier Oseguera, L.C., y la consagrada Fabiola Marton, quienes viajarán con los jóvenes. Y aunque la franja de edad es amplia, la mayoría del grupo tiene entre 17 y 19 años. A continuación, puedes leer el testimonio de Teresa Sáenz de Santa María, de la sección de jóvenes del Regnum Christi de Bilbao, quien ha participado en diversas ocasiones en este voluntariado en Medjugorje.
El voluntariado de Medjugorje es una oportunidad para vivir una experiencia intensa y atrevida ya que combina la parte personal y espiritual con el ofrecimiento diario de colaborar en lo que se necesite. Es una oportunidad para en un mismo día conocer más a Jesús y María y casi de manera instantánea poder volcar eso que recibes y descubres en la actividad que toque ese día, en donde se necesite que estés. Es un ambiente impresionante, de paz y tranquilidad y a la vez de energía y ganas de no parar. Puede parecer muy general, pero es difícil explicarlo, como suele ocurrir con todo lo increíble.
Lo que más me impacto fue la sencillez del pueblo. Lo que tiene de especial es que es un lugar donde es fácil rezar. He ido al voluntariado varias veces durante estos últimos años y volvería a repetir. Rezas, ayudas, conoces a gente increíble, disfrutas, sientes la necesidad de estar ahí donde Jesús te necesite y sobre todo te ríes y mucho conviviendo con los demás voluntarios. Experimentas algo que te hace olvidarte de ti para fijarte exclusivamente en lo que te rodea. ¡¡Súper recomendable!!
Teresa Sáenz de Santa María
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