El Santo Padre presidió la celebración eucarística en la Basílica de San Pedro en la que participaron cerca de 7000 personas necesitadas. Terminando el Ángelus, 1500 personas se quedaron para una comida ofrecida por el papa Francisco en el Aula Pablo VI, y los demás fueron distribuidos en diversos centros, uno de los cuales fue el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y la Universidad Europea de Roma, que acogieron para la comida a 260 personas.
El padre Jesús Villagrasa, L.C., rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, comentó que “nuestras universidades aceptaron con gusto la petición del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, que de este modo nos ha ofrecido la oportunidad de abrir nuestras puertas y corazones para practicar una obra de misericordia. Las capellanías de las dos universidades lograron convocar a más de 60 voluntarios, entre alumnos, profesores, familiares y personal administrativo y secretarial, que con alegría y generosidad les han servido la comida y han reunido víveres de primera necesidad para destinar a asociaciones que habitualmente cuidan a personas necesitadas”.
De hecho, la propia Radio Vaticana realizó una entrevista al padre Jesús Villagrasa sobre el significado de la Jornada Mundial de los Pobres en la vida universitaria.
El padre Sebastián Rodríguez, L.C., asistente del vicerector administrativo del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, explicó que “este pequeño gesto es parte de la tercera misión de la universidad; a saber: además de la enseñanza y la investigación, el servicio a la sociedad. Esta es una de las mil formas posibles, algunas más académicas otras más materiales, de nuestro servicio”.
La comida estuvo ambientada musicalmente por la estudiantina de los hermanos de Roma.
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