29 de octubre de 2015

Una novia, en su despedida de soltera, se reencuentra con Dios gracias al Solnight Familiar

“En cierto momento, entró un grupo de mujeres disfrazadas que iban de despedida de soltera; cuando la novia se encontró ante el Santísimo se puso a llorar como una Magdalena, agradeciendo a Dios haberle regalado esa oportunidad, pues llevaba años alejada de Él”, así narra Luis de la Infiesta, el responsable de SolNight de familias, una de las muchas situaciones con las que se encuentran en el templo de San Pedro, el Viejo, el centro de Madrid. Los pequeños de la familia también son misioneros: “Unas niñas del grupo, de unos 8 ó 9 años, invitaron a unas chicas a entrar a rezar a Jesús, y una les dijo: ‘Jesús, ¿quién es ése?’. Y ellas, que no daban crédito, les decían: ‘¡Pues Jesús! ¡El de la Iglesia!’. Es maravilloso ver -explica Luis-, que nuestros niños no conciben un mundo sin Cristo, es parte de su vida como lo somos sus padres y hermanos...”.



En este SolNight, al igual que el de Juventud Misionera, las familias salen a las calles e invitan a la gente a tener un encuentro con Cristo en la Eucaristía. Ya se han hecho cinco a lo largo de este año y a ellas acuden regularmente unas doce familias que conforman también el grupo de Familia Misionera de Everest School Monteclaro. A ellas se suman otras que vienen del mismo Everest, Highlands El Encinar u otros colegios.

Estas misiones urbanas cuentan con el apoyo de don Angel Luis, el párroco de San Isidro, de quien depende la iglesia de San Pedro el Viejo, de los P. Jorge Raninger, P. Javier Cereceda y otros legionarios, además de consagradas como Luiza Mendes, Maleny Medina y Amelia que, “con su música y sus voces maravillosas, crean un ambiente impresionante”.

El pasado sábado, 24 de octubre, también hubo SolNight también a San Pedro el Viejo: “Esta vez fuimos 14 familias, con todos los niños que eso implica, vamos… ¡una gozada! Y la Misión tuvo sus frutos –nos explica Luis-: más de 100 personas entraron a rezar, increíble. Ahí estaban sus velas encendidas, ocupando casi todo el tablero que ponemos bajo el altar. Con estas y otras muchas vivencias nadie puede decir que ahí no está el Espíritu Santo. El Señor nos llama y se sirve de estos pobres instrumentos”. La próxima cita es el sábado 19 de diciembre. Todos están invitados.

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