El pasado fin de semana, 3 y 4 de octubre, se celebró en Madrid el Encuentro de Vida Consagrada en España con motivo, precisamente, del Año de la Vida Consagrada convocado por el propio Papa Francisco. El Arzobispo de Madrid y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, don Carlos Osoro, fue uno de los responsables de inaugurar este evento al que asistieron 1.500 representantes de los religiosos y religiosas de vida activa y contemplativa, miembros de institutos seculares, del orden las vírgenes y de las nuevas formas de vida consagrada. Entre los asistentes había un grupo de legionarios, consagradas y laicos consagrados del Regnum Christi, y el evento ha contado con el apoyo en su difusión por redes sociales de la Oficina de Comunicación del movimiento en España.
Monseñor Osoro explicó que “vosotros expresáis la comunión con el Señor". "Nos une la alegría, la gracia y la dicha. Alegría porque Dios nos ha elegido para estar aquí. Gracias porque el Señor se acercó a nuestra vida y nos llamó y por eso estamos agradecidos, y Dicha porque nos acercamos a los demás como lo hizo Jesús".
"Tenéis una mirada diferente. Os enfrentáis a todas las situaciones. Os debemos mucho. Gracias por vuestros múltiples ministerios ayudando a los demás. Es necesario -dijo recordando las palabras del Papa en su mensaje de la Vida Consagrada- mirar el pasado con gratitud, el presente con fe y con pasión, y el futuro con esperanza. Es un lujo estar con vosotros. Os queremos mucho. Gracias por vuestra respuesta de fe generosa".
Llamados a una vida plena
"La Vida Consagrada es un don para la Iglesia, nace en la Iglesia, crece en la Iglesia, está totalmente orientada a la Iglesia". Estas palabras del Papa Francisco las recordó monseñor Vicente Jiménez Zamora, Arzobispo de Zaragoza y Presidente de la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal, en su homilía de la misa de clausura del Encuentro.
Partiendo de las lecturas de la misa de ese domingo, don Vicente habló sobre el matrimonio "entre el hombre y la mujer abierto a la vida", como "realidad humana que responde al plan originario de Dios". Y subrayó que "la gracia del sacramento del matrimonio es, al mismo tiempo, vocación y mandamiento, don y tarea". De esta forma también puede entenderse la Vida Consagrada, la cual "hace referencia a la exigencia de la Iglesia de vivir en la entrega plena y exclusiva a su Esposo".
Tras la homilía, los asistentes a la Misa volvieron a reafirmar los compromisos de su consagración: obediencia, pobreza y castidad.
"La Vida Consagrada es un don para la Iglesia, nace en la Iglesia, crece en la Iglesia, está totalmente orientada a la Iglesia". Estas palabras del Papa Francisco las recordó monseñor Vicente Jiménez Zamora, Arzobispo de Zaragoza y Presidente de la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal, en su homilía de la misa de clausura del Encuentro.
Partiendo de las lecturas de la misa de ese domingo, don Vicente habló sobre el matrimonio "entre el hombre y la mujer abierto a la vida", como "realidad humana que responde al plan originario de Dios". Y subrayó que "la gracia del sacramento del matrimonio es, al mismo tiempo, vocación y mandamiento, don y tarea". De esta forma también puede entenderse la Vida Consagrada, la cual "hace referencia a la exigencia de la Iglesia de vivir en la entrega plena y exclusiva a su Esposo".
Tras la homilía, los asistentes a la Misa volvieron a reafirmar los compromisos de su consagración: obediencia, pobreza y castidad.
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