25 de junio de 2014

25 de junio, Peregrinación a Santiago: “Señor, ¿voy por el camino que Tú quieres?”

Mural junto a la Iglesia de Santa Mariña, en Sarria
Sarria - Portomarín (22 km. apróx.)

Esta mañana, tras una noche de merecido descanso, los novicios y sus formadores han hecho su oración a partir del pasaje del joven rico (Mc 10, 17-31). Se trata de un joven que sale al encuentro de Jesús para manifestarle la preocupación que todo hombre lleva en el fondo del alma: Señor, ¿voy por el camino que Tú quieres?

Jesús le invita a su seguimiento, como a un Apóstol más. ¿Qué otra cosa podía ambicionar? Ser Apóstol, seguir a Jesús, acompañarle por los caminos del mundo, enamorarse de Él y llevar la salvación y la felicidad a miles de personas. Hoy, como ayer, hay millones de personas que no conocen a Cristo, y hacen falta hombres y mujeres que entreguen su vida para hacer felices a tantas personas.





Decía san Juan Pablo II a los jóvenes de Paraguay: “Cuando en vuestro seguimiento a Cristo se os presente la opción entre Él -entre uno de sus mandamientos- y el placer pasajero de algo material y sensible; cuando se os presente la opción entre ayudar al que os necesita y vuestro propio interés; cuando, en definitiva, tengáis que elegir entre el amor y el egoísmo, recordad el ejemplo de Cristo y haced valientemente la opción por el amor”.

Y, justamente al hilo de estas palabras del santo de los jóvenes, han rematado su oración con esa cita de San Ignacio de Antioquía: “Soy trigo de Dios y he de ser molido por los dientes de las fieras, para llegar a ser pan limpio de Cristo”.



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