“Hola a todos: sí, te doy uno: ante las circunstancias actuales de cuarentena, incertidumbre y sufrimiento, corremos el riesgo de dejar que la ‘tormenta’ nos abrume.
Algo que me parece clave es buscar momentos de oración y silencio, la fe y la esperanza son dones de Dios. Suplicarlos con todo el corazón: ‘Creo, pero ayuda mi poca fe’ (Mc 9, 24), fortalecer la relación con Dios, ayudará también a aceptar con serenidad lo que el día nos presente, acoger mejor al prójimo (a mi marido, mi hermana, mi madre…) y a mantener la mirada en Aquel a quien ‘el viento y el mar obedecen’. Es momento de buscar nuestra seguridad en Alguien más allá de nosotros mismos, de seguridades materiales, humanas”.
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