Las Hermanas de la Cruz se dedican a visitar y asistir en sus domicilios a enfermos y necesitados, facilitándoles toda clase de servicios: prepararles los alimentos, ayudarles con sus tareas domésticas y asearlos. También cuidan a enfermos solos o que la familia no puede atender, especialmente por la noche, llevándoles el consuelo de alguien que los quiere y se preocupa por ellos. Y también atienden a los pobres y necesitados que acuden a sus conventos en busca de ayuda o alimentos. Ellas no cuentan con más ingresos que la limosna que se les ofrece.
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20 de febrero de 2020
Jornada de integración: las señoras de Sevilla visitan a las Hermanas de la Cruz
El equipo de señoras “Luz y Sal”, de la sección de adultos del Regnum Christi de Sevilla, como actividad de integración, ha acudido al convento de Santa Angela de la Cruz para rezar con las hermanas las Vísperas y tener un rato de adoración al Santísimo. Este convento custodia dos hermanas de la Cruz canonizadas: santa Angela de la Cruz, su fundadora y cuyo cuerpo incorrupto está expuesto en una capilla lateral a la iglesia principal, y santa María de la Purísima. Las Hermanas de la Cruz son muy queridas en Sevilla por la labor tan maravillosa que realizan con los más pobres. Al terminar la visita fueron rezando el rosario por España desde allí hasta la plaza del Salvador, donde entraron a hacer una visita al Señor de Pasión.
Las Hermanas de la Cruz se dedican a visitar y asistir en sus domicilios a enfermos y necesitados, facilitándoles toda clase de servicios: prepararles los alimentos, ayudarles con sus tareas domésticas y asearlos. También cuidan a enfermos solos o que la familia no puede atender, especialmente por la noche, llevándoles el consuelo de alguien que los quiere y se preocupa por ellos. Y también atienden a los pobres y necesitados que acuden a sus conventos en busca de ayuda o alimentos. Ellas no cuentan con más ingresos que la limosna que se les ofrece.
Las Hermanas de la Cruz se dedican a visitar y asistir en sus domicilios a enfermos y necesitados, facilitándoles toda clase de servicios: prepararles los alimentos, ayudarles con sus tareas domésticas y asearlos. También cuidan a enfermos solos o que la familia no puede atender, especialmente por la noche, llevándoles el consuelo de alguien que los quiere y se preocupa por ellos. Y también atienden a los pobres y necesitados que acuden a sus conventos en busca de ayuda o alimentos. Ellas no cuentan con más ingresos que la limosna que se les ofrece.
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