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18 de diciembre de 2019

Entrevista | “Filosofía de Bar para un mundo posmoderno”, el libro del P. Rafael Pou, L.C., que reta a los jóvenes a buscar ‘el grial’ de la Verdad y la Felicidad

El P. Rafael Pou, L.C., es joven, muy joven, apenas 32 años. Aún es diácono, pero será ordenado sacerdote legionario en mayo. Se le ve todo el día en la Universidad Francisco de Vitoria con profesores, con Pas y, sobre todo, con jóvenes a quienes dedica lo mejor de su tiempo. Y para ellos ha escrito este libro con un título un tanto llamativo: “Filosofía de Bar para un mundo posmoderno”. Es un libro escrito desde el conocimiento y la experiencia de un joven de ahora para los jóvenes, y quizá no tan jóvenes, del momento actual. Aborda temas de “rabiosa actualidad” como el placer, el consumo, la diversión, el amor… o los grandes mandamientos del presente: solo
existe la materia y la ciencia es su profeta, la verdad no existe, el bien y el mal son subjetivos, la tolerancia como valor supremo… Para conocer más el libro le hemos entrevistado y, si te gusta, te recordamos que puede ser un magnífico regalo para muchos jóvenes en esta Navidad. Puedes conseguirlo en casi cualquier librería o aquí.



Padre, lo primero que me llama la atención, al ver este libro, es que tiene dos caras, dos portadas... ¿son dos partes, o dos libros encuadernados juntos?

¡Es un libro doble! Se puede empezar por cualquiera de las dos caras. Lo hice así porque cuando empezaba a darle forma me di cuenta de que había dos grandes temas, que corresponden a las dos grandes búsquedas del hombre: la pregunta por la Verdad y la búsqueda de la Felicidad. Los hombres podemos estar en desacuerdo en muchas cosas, pero todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices. No encontrarás a nadie que quiera ser un desgraciado. Encontrarás a muchos hombres dispuestos a engañar, pero a ninguno que quiera ser engañado. Verdad y Felicidad son como los puertos, el destino final que buscan nuestra mente y nuestro corazón, en todo lo que hacen.

Por eso en este libro, “Filosofía de Bar para un mundo posmoderno”, he querido invitar al lector a explorar el camino de estas dos grandes búsquedas, para ver qué nos encontramos por el camino. Los dos libros confluyen en el centro, donde propongo... spoilers ahead! ;-) .... que esas búsquedas confluyen en Jesucristo, luz del mundo (pregunta por la verdad) y agua viva (búsqueda de la felicidad) Porque ser cristiano no es sólo llevar una cruz ni ir a misa al domingo, ni un compromiso vago por la empatía y el buen rollo. Ser cristiano significa creer que Jesucristo es la respuesta última a todas las grandes preguntas del ser humano.

¿Por qué Filosofía de bar? ¿Y por qué Saliendo de la caverna?
Bueno, en un mundo en que hablar de Filosofía suena a ensayos de selectividad con nombres impronunciables, a ladrillos de quinientos páginas en alemán y a libros chungos escritos con signos de lógica modal, yo quería escribir algo que tuviera el tono de una conversación de bar, de esas en la que estás con tus amigos y te pones a hacerte preguntas y a arreglar el mundo. Por eso Filosofía de Bar.

Y luego... una filosofía que sea búsqueda de la verdad tiene que empezar desde donde estás. Por eso empiezo describiendo la Postmodernidad, que es como el aire intelectual que respiramos en Occidente, la atmósfera que nos envuelve. Es la nueva caverna de Platón. Y esa caverna tiene una serie de creencias, sus 10 mandamientos, que describo en la primera parte: Sólo existe la materia y la ciencia es su profeta, el hombre es un mono con corbata, la verdad no existe, el bien y el mal son cuestión de opiniones subjetivas, la libertad lo es todo, la tolerancia como único valor supremo... esa primera cara del libro es como una salida de la caverna, en la que vamos analizando esos mandamientos, mostrando algunos errores e insuficiencias, y salvando la parte que tienen de verdad.

Y ¿a qué se refiere con lo de la búsqueda del Grial?
El Grial es un objeto mitológico que aparece en cientos de cuentos, leyendas y películas, desde las narraciones medievales del Rey Arturo hasta las aventuras de Indiana Jones. Según la leyenda, da plenitud, inmortalidad, vida eterna a quien lo encuentre. Muchos salen en su búsqueda, pero muy pocos llegan a poseerlo. Por eso me pareció un buen símbolo, una buena metáfora para hablar de la felicidad. Porque la felicidad es la búsqueda central de toda vida humana, es el motor de nuestra existencia. Pero eso no quiere decir que sea fácil.

Y por eso en este libro te proponemos acompañarte en esa búsqueda. Empezando por escuchar tu corazón, y por hacer una radiografía de tus deseos. Porque, si la felicidad es la llave, tu corazón es la cerradura. Si quieres reconocer la llave, debes estudiar bien la cerradura. Por eso en este libro vamos examinando algunos de los deseos del hombre, y los talismanes que ha utilizado para tratar de ser feliz: el placer, el consumo, la diversión, el poder, el amor... y ver qué nos ofrece cada uno. A lo largo del libro descubriremos que hay tres grandes etapas en esa búsqueda: el laberinto del vividor, el camino del aprendiz y el puente del caballero... antes de llegar, si es que llegamos, a la fuente y al Grial.


Pero a ver, cuénteme… ¿los jóvenes a pesar del móvil y Google y todas las aplicaciones… siguen preguntándose cosas?
¡Claro que sí! El corazón humano es siempre el mismo. Muchas veces lo único que hace falta es saber tocar la tecla adecuada para despertar esa búsqueda. Personalmente me impresiona, por ejemplo, el fenómeno Jordan Peterson, sobre todo en ámbito anglosajón, y de cómo está logrando millones de visualizaciones en YouTube, sobre todo de universitarios, y llenar auditorios inmensos, proponiendo temas filosóficos y existenciales. El reto que tenemos es el de conectar con esa búsqueda del Grial, que siempre está allí, quizás adormilada, esperando tal vez, como Lázaro, al que llegue diciendo “¡Levántate y anda!”...

Los jóvenes ¿encuentran respuestas en la vida o hay que dárselas?
Ambas cosas. Una respuesta, si lo es, es siempre encontrada, personalmente experimentada. Pero muy rara vez la encontrarás solo, sin que alguien te haya acompañado, y te haya propuesto un camino. Vivimos en una sociedad enamorada del mito individualista de Robinson Crusoe y el self-made-man... pero si tú a un niño no le enseñas un idioma, no harás de él un poeta ni un genio creativo y maduro, sino un niño-lobo que jamás superará cierto nivel de inteligencia. Rara vez surge un Beethoven o un Paco de Lucía sin que alguien le haya enseñado las notas, o los acordes de una guitarra: la espontaneidad químicamente pura, privada de maestros, lo único que produce es ruido. En la vida, como en todo, se crece escuchando las propuestas de verdades que nos hacen las personas que nos inspiran confianza, y poniéndolas a prueba en nuestra propia vida. Comprobando si esos acordes generan belleza, si esa gramática me permite expresarme, si ese camino me está acercando al Grial que anhela mi corazón. Y si es así, los maestros y las reglas poco a poco van siendo menos importantes, porque has sintonizado ya con el arte que esas normas expresaban de modo torpe y limitado...


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