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8 de mayo de 2019

Jornada de Oración por las Vocaciones | Leti: "Si nosotros no rezamos por las vocaciones: ¿Quién nos va a dar ese chute de Dios para nuestro futuro?"

Este fin de semana que viene, del 10 al 12 de mayo, seguimos celebrando con toda la Iglesia la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Jóvenes y familias del Regnum Christi estaremos rezando, junto a otras realidades de Iglesia, en el Seminario Conciliar de Madrid (C/ San Buenaventura). El horario que nos corresponde es de 6:00 a 7:00 hrs. de la mañana, del domingo 12 de mayo.  ¿Pero por qué un joven se apuntaría a una actividad como esta? ¿Cambia algo el sacrificio de despertarse temprano un día de descanso? ¿Por qué hay que rezar por las vocaciones? Ir a una adoración eucarística, ¿cambia algo? Leti Noriega e Irene Leal, dos chicas de la sección Ronda-UFV, responden a estas preguntas a continuación. 


Leti
Un joven debe de rezar por las vocaciones porque el futuro, en cierto modo, depende de las ellas. Por ejemplo, pueden haber buenos médicos, buenos profesores... pero si ellos no tienen a Dios en su vida, serán buenos pero no santos. Por eso se necesita rezar por las vocaciones, para que podamos llegar a ser verdaderamente felices más allá de lo que hagamos y que se complete nuestra historia de santidad. Si nosotros no rezamos por las vocaciones, ¿quién lo va a hacer? ¿Quién nos va a dar ese chute de Dios para nuestro futuro?


Ir a una adoración eucarística, ¡claro que cambia algo! Ir a una Hora Santa es encontrarse cara a cara con Dios, con el Amor en mayúscula. Es llegar y decir: "Tú me conoces, tú sabes todas las miserias que tengo, tú sabes como soy, lo que me duele, lo que más me cuesta. Sin embargo, has salido a verme a mí, y encima me dices que me quieres, que recoges todas mis inquietudes, que recoges todo, y lo llevas a tu corazón y que ahí lo guardas, lo proteges y me haces feliz". Te encuentras cara a cara con el Dios que te dice eso y es brutal. Lo cambia todo.

Irene
La juventud es la época en la que “determinas” tu vida, es decir, en ella tomamos la mayoría de las decisiones más relevantes de nuestras vidas, y ¿qué hay más importante en la vida que saber cuál es nuestra vocación? Una vez lo descubramos estaremos un poco más cerca de la felicidad plena. Es “fácil” descubrirlo en nuestra vida, sin embargo, hay gente que necesita una ayudita extra, y esa ayuda son nuestros rezos. Rezos desinteresados para gente que lo necesita más que nosotros. Rezar por alguien es decirle que lo amas en silencio, con tu oración, por lo tanto: amémonos más, que es lo que Dios haría en nuestro lugar, amarnos hasta el final.

Lo que cambia es la forma de ver la vida. ¿No te encantaría tener el honor de conocer a tu ídolo y mantener una conversación cara a cara con él? Pues con la adoración eucarística pasa exactamente lo mismo. Me parece impresionante poder hablar cara a cara con el que me dio la vida, poder contarle mis problemas y, sobretodo, mis alegrías. En mi caso tengo la ocasión de hacerlo dos veces por semana en la universidad y me parece impresionante tener al mayor ejemplo de mi vida cara a cara. A mí personalmente me encantan las adoraciones, es el momento de la semana donde más feliz estoy (aunque a veces me emocione) porque no todo el mundo tiene el honor ni el regalazo de tener a su mayor ídolo tan fácilmente


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