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31 de mayo de 2018

Sofía Barrantes: “En el Colegio Mayor encontré algo bueno, encontré belleza, encontré preguntas y cuántas cosas más me quedan por vivir allí”

Sofía Barrantes es alumna de Periodismo en la Universidad Francisco de Vitoria y vive actualmente en el Colegio Mayor Francisco de Vitoria. Para Sofía sus dos primeros años de carrera han sido el descubrimiento de algo "bueno y bello"; esto es algo que ha podido experimentar gracias al vivir en una comunidad de colegiales, que al igual que ella, se preparan para abordar el futuro. Después de haber asistido al acto de clausura del Colegio Mayor, Sofía comparte una pequeña crónica de lo que ese día se vivió.




"Otro año más en el Colegio Mayor Francisco de Vitoria"

“Llega el mes de mayo y recuerdo, como si fuera ayer, el año pasado. Ahora cumplo mi segundo curso viviendo en el Colegio Mayor y paso la mitad de mi carrera. Ya todos hemos salido de la semana de exámenes finales, se nota la tranquilidad entre nosotros y aunque ya hay maletas en el hall, queda una cosa más pendiente dentro del campus Francisco de Vitoria: celebrar la clausura del Colegio Mayor. En el Colegio Mayor nos gusta celebrar muchas cosas: la apertura, la Navidad, la primavera y, por supuesto, la clausura.

A pesar de que nos vemos todos los días, al bajar a las escaleras para la foto de final de curso, todos nos vemos diferentes. Ya nos conocemos durante exámenes, nos conocemos al bajar a la cena y hasta conocemos nuestras habitaciones, pero hoy es el último día de todos juntos. Cada uno va con sus mejores trajes y el día se siente especial. Cada uno pone su mejor sonrisa, aunque también hay caras nostálgicas: los alumnos que se gradúan nos recuerdan que su vida colegial se termina.

El acto de clausura comienza con una Misa en la que todos participamos, es un acto solemne y por lo tanto, preparamos el espíritu desde el principio. Después, comienza el acto académico, un alumno de último año de carrera presenta a su padrino de graduación con un discurso conmovedor y que nos hace reír a todos, pues se trata de un formador que conocemos. Nuestro formador, y padrino de los graduados, da un discurso basándose en un texto de Don Quijote. Una de las cosas que más me gusta del Colegio Mayor es la cultura que vive en su gente y en cada pequeña cosa que hacemos. Los discursos son brillantes, además de una memoria audiovisual que una compañera hizo de sus 4 años en el Colegio Mayor.


Los alumnos que hemos pasado la mitad de nuestras carreras somos felicitados con un banderín del Colegio Mayor, este año me tocó a mí. Al recibirlo, me di cuenta de todo lo que me había dado el Colegio Mayor y que no me quiero ir pronto de allí. Ese banderín es un símbolo del aprendizaje, las experiencias, las alegrías, la búsqueda y de la belleza que he descubierto en esta nueva casa.

Otros dos compañeros graduandos dieron unos discursos que nos hicieron llorar junto con ellos, que agradecían a quienes les han acompañado durante sus años de universidad, entre lágrimas y risas. Parece mentira que se van, esta amistad parece haber existido desde siempre. En cada una de las partes de este acto se siente nuestra amistad. Esto es vivir en comunidad.

Termina la parte académica para pasar a la cena: estamos todos los que formamos el Colegio Mayor, desde los colegiales hasta las personas de administración que tanto queremos. Ya lo estamos pasando bien, pero aún queda lo mejor: los comités de baile nos enseñan sus talentos. No sin antes ser presentados por cuatro poemas introductorios —lo que he dicho de la cultura se nos sale por los poros—. Este año vimos ballet, flamenco, sevillanas, hip hop y electrónica. Es increíble que en este pequeño lugar se concentre tanta gente buena con tanto que ofrecer. Tenemos todo en este Colegio Mayor, lo único que nos falta es nunca irnos. En el Colegio Mayor encontré algo bueno, encontré belleza, encontré preguntas y cuántas cosas más me quedan por vivir allí”.

Sofía Barrantes Fonseca


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