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31 de mayo de 2018

El ECYD de chicas de Everest School Monteclaro celebra con una fiesta mexicana la clausura de este año escolar

El pasado viernes 18 de mayo se celebró la clausura del ECYD femenino en el Everest School Monteclaro con una temática de fiesta mexicana. El evento fue organizado por las responsables y la colaboradora de la sección, y reunió alrededor de 100 niñas, algunas madres y las consagradas que trabajan en el ECYD.

Nuria Sanjuán, colaboradora encargada del ECYD en Madrid, nos cuenta cómo estuvo organizada la actividad:





“Empezamos la tarde con una adoración dando gracias a Dios por el curso y con la celebración de las alianzas con Cristo que algunas niñas hicieron. La alianza es un compromiso que hacen aquellos que desean afirmar su deseo de corresponder a la amistad de Jesús y de colaborar con Él en su misión de apóstol.

Cada año el adolescente puede renovar esta alianza y este año, Sofía Guardincerri, alumna de 4º de la ESO y responsable del ECyD durante este curso, la hizo por primera vez.

Después de la adoración tuvimos la oportunidad de escuchar el testimonio de tres niñas del ECyD. La primera, María Ruiz Mateos, alumna de 1º de la ESO, nos explicó que para ella el ECyD le había ayudado a descubrir que Jesús no es solo un espectador sino que es Alguien, Alguien cercano, con quien puedes hablar. Además, le ha ayudado a unirse más con su grupo de amigas.

Sofía Guardincerri nos contó cómo el testimonio de sus amigas, también miembros del ECyD, había sido determinante a la hora de volver a acercarse a Dios tras haber estado un año estudiando fuera.



Por último escuchamos a Ángeles Monjo, también de 4º de la ESO, que durante el verano se va de colaboradora ECyD, a Mérida, México. El programa de colaboradores forma parte del ECyD y se ofrece a los adolescentes de entre 15 y 16 años que dedican su verano ayudando a Cristo y a su Iglesia en el lugar donde se necesite, además tienen diversas experiencias de misiones, formación y acción social.

Tras escuchar sus testimonios tuvimos tiempo de convivir entre todas mientras disfrutamos de la merienda y del photocall que prepararon las madres junto con las responsables y las consagradas.

Finalizamos la tarde con el juego de la “piñata mexicana”. Las niñas estaban muy contentas y se notaba el papel de cada una en la preparación y desarrollo de la actividad (de las niñas, las responsables, las madres, la colaboradora y las consagradas)”.


Nuria Sanjuán, colaboradora Reino en Madrid


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