1 de junio de 2017

Don Santos, párroco de 18 pueblos de León: “Con Familia Misionera habéis sembrado esperanza, entusiasmo, Evangelio, amor a Dios...”

Todavía llegan ecos de la experiencia de Juventud y Familia Misionera de esta Semana Santa. Un ejemplo son las palabras don Santos Ramírez, párroco de Almanza y de otros 17 pueblos más. Todo un testimonio de celo y amor por las personas que la Iglesia le ha encomendado. Su preocupación por ellas le llevó a buscar ayuda, y ésta llegó de la mano de Familia Misionera. Don Santos es natural de El Salvador, aunque creció en Charlottesville, Virginia. Vino a estudiar a España, y por ahora, ante la falta de clero en nuestro país, ha decidido quedarse. Su principal preocupación ahora, formar laicos que puedan ayudarle a llegar a todos los rincones de sus pueblos.


Con toda la sinceridad del mundo nos explica que “cuando recibí el nombramiento de los 18 pueblos, casi me da algo; tengo que confesarlo con sinceridad: es mucho trabajo, y para el verano se multiplica más, es la consecuencia de la escasez de clero". También nos confiesa que "en ocasiones estoy tan cansado que me quedo dormido en la oración personal, pero pienso es mejor dormir delante de la presencia de Dios. Él me ve, Él me sostiene en sus brazos, Él cuida de mí e incluso hasta en mi sueño".

Esta Semana Santa, una unidad de Familia Misionera capitaneada por Luis de la Infiesta, de Everest School Monteclaro estuvo ayudando a don Santos, cuyas palabras puedes leer a continuación.



Don Santos, para empezar, podría explicarnos cómo son sus feligreses
A nivel geográfico, me encuentro en unos pueblos rurales, la gran mayoría de gente son labradores. He de confesar, que es gente sencilla, humilde, trabajadora, gente con una sensibilidad a las cosas de Dios. La mayor parte de los feligreses que tengo es gente mayor, en algunos pueblos tengo niños en la catequesis, muy pocos niños, pero lo llevo con la fe puesta en el Señor, de estar sembrando en nuestros niños la semilla de la fe en Dios y en la Iglesia.

De los 18 pueblos, tres son bastante grandes en población, es en donde se garantiza la misa dominical. En los restantes pueblos tenemos misa entre semana, en el invierno es un poco duro, ya que muchas Iglesias no tienen calefacción, y un dato que tenemos que tener en cuenta es que la gente que se queda a vivir en los pueblos es muy mayor, muchos no van por el frio que hace en las Iglesias.

En el verano, se multiplica el trabajo, se garantiza en todos los pueblos misa, fiestas de los patronos titulares de los pueblos, comuniones, aniversarios de difuntos, de boda, etc. Cuando hablo de comuniones o bautizos..., son hermanos nuestros que viven en las ciudades grandes, que por diferentes razones están viviendo en Madrid, Barcelona… y por el hecho de ser hijos de estos pueblos deciden que los diferentes sacramentos sean en estos pueblos.

Vivo en el pueblo de Almanza, un pueblo con una fe arraigada, un pueblo de mucha tradición, de una fe popular increíble, quizá lo más destacado de este pueblo sea las caídas en Semana Santa. Esta tradición lleva décadas celebrándose, las caídas nos recuerdan lo mucho que sufrió el Señor en la cruz, y se reúnen un gran número de personas que vienen a ver, celebrar, meditar esta tradición de las caídas en Almanza.


¿Cómo se organiza usted durante el triduo sacro y durante todo el año con 18 parroquias?
Pues si te soy sincero, como Dios me ayuda, y me explico. En Semana Santa ando muy liado, muchas cosas, no solo de los oficios sagrados, sino procesiones que se hacen en los diferentes pueblos, sobre todo en la Iglesia de Almanza. El año pasado hice 2 vigilias pascuales. Con sinceridad confieso que ya no aguantaba mi garganta, se lo ofrecí al Señor por los pueblos y de manera especial por los cristianos perseguidos en las diferentes partes del mundo.

Este año agradezco al Señor a los Legionarios de Cristo y a las familias del Regnum Christi que atendieron mi llamada, mi petición. Gracias de todo corazón por haberme ayudado, por haber llevado la fe, la ilusión, en definitiva la Palabra de Dios en los diferentes pueblos que habéis ido a celebrar la Semana Santa. Todavía la gente me pregunta por vosotros, quedaron encantados con vuestro testimonio, con vuestra entrega y coherencia de fe en el Señor. Estoy seguro que en el corazón de nuestra gente, estáis muy presentes. Yo espero contar desde ya con vuestra ayuda y presencia para la Semana Santa 2018.

Con tal cantidad de trabajo seguro que es importante formar equipos en cada parroquia que le ayuden...
Así es, estoy formando dos grupos de personas que en un futuro me ayudarán a realizar celebraciones de la Palabra. Entre los dos grupos son 16 personas que se están formando en diferentes niveles. Este año toca la formación Litúrgica, desde lo más elemental como puede ser los gestos, el significado de las cosas de la Liturgia, hasta los documentos más importantes de la Liturgia entre ellos: Sacrosanctum Concilium, el Misal Romano, los leccionarios...

El segundo año será la formación Bíblica, y el tercer año será la formación pastoral. El sueño que tengo es que nuestra gente esté muy bien preparada, para que luego puedan dar razón de su fe, y de esta manera puedan ejercer el ministerio del laico que es llevar la buena noticia del Evangelio a tantos hermanos nuestros que necesitan escuchar la Palabra de Dios, recibir el Santísimo Cuerpo del Señor.


Imagino que con una vida así es toda una necesidad estar muy unido en la oración. ¿De dónde saca tiempo?
Exactamente, tengo que decir que si solo es un activismo pastoral, esto no se sostiene. Falta lo más importante, lo más esencial; es estar unido al Señor. Es en definitiva transmitir lo que con el Señor has experimentado, es llevar al Señor. Si no fuera así, de no estar unidos al Señor, nos llevaríamos a nosotros mismo, y no al Señor, seriamos los protagonistas, el centro; y esto de ninguna manera: el protagonista y el centro debe de ser siempre en Señor.

Por las mañana rezo los laudes y las oraciones que rezamos los sacerdotes, rosario, ángelus… pero también saco tres cuartos de hora para la oración personal, esto es lo que nos ayuda, esto es lo que nos impulsa a seguir adelante con el trabajo pastoral. He de confesar que en ciertas ocasiones estoy tan cansado que a veces me quedo dormido en la oración personal, pero pienso es mejor dormir delante de la presencia de Dios. Él me ve, Él me sostiene en sus brazos, Él cuida de mí e incluso hasta en mi sueño.

¿Cuántos sacerdotes hay en su diócesis de León?
Actualmente hay en activo 200, de los cuales más de la mitad tienen más de 70 años. Tenemos un clero muy envejecido, por eso necesitamos rezar, fomentar la pastoral vocacional en nuestra zonas, como decía San Juan Pablo II: “Dios siempre llama, solamente hay que despertar las semilla de la vocación en nuestros jóvenes”. Los jueves en la Parroquia de Almanza lo dedicamos a la Hora Santa, al Santísimo, ahí ponemos al Señor la necesidad de pedir al dueño de la mies por las vocaciones a la Vida sacerdotal y religiosa.

¿Y cómo conoció Familia Misionera?
Un día hablando con don Jesús, Párroco de Santa Bárbara, en Guardo (Palencia) hablando de la Semana Santa, le expresaba mi preocupación por los pueblos que no tenían nada para esas fechas. Me hablo de las familias del Regnum Christi, y entonces dije tengo que hablar con ellos. Pedí los número de teléfono y hable con Luis y Tere, les expuse la necesidad que tenía en las parroquias, me dijeron que no había ningún problema, que estaban encantados, y yo más... De verdad que habéis sido una bendición para nuestra gente, nuestros pueblos...

¿En qué le han ayudado?
Me han ayudado a llevar la Palabra de Dios, los sacramentos a todos aquellos pueblos que no puedo ir, han hecho celebraciones de la Palabra, los oficios sagrados, me han ayudado a llevar la esperanza, la buena noticia del Señor a hermanos nuestros que necesitan escuchar el Evangelio.

Además, de la ayuda en la organización de los actos, ¿qué les queda en sus feligreses?
Ante todo un agradecimiento al Señor por haber permitido que los sacerdotes de la Legión de Cristo y las familias del Regnum Christi hayan podido celebrar con ellos la Semana Santa.

Habéis sembrado esperanza, ilusión, en nuestra gente, gracias de todo corazón por haber sembrado en los corazones de nuestra gente, entusiasmo, Evangelio, amor a Dios...

Hace poco la gente me preguntaba por vosotros, me decían que les recuerdan con cariño y esperando que el año 2018 puedan regresar de nuevo.

Como sacerdote, os prometo mi oración diaria por cada uno de vosotros, sois una bendición del Señor, gracias por haberos convertido en verdaderos apóstoles que llevan la Buena noticia del Señor.

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