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5 de abril de 2017

Una luz en la noche | Julia, de Sevilla: “No podía imaginar que chicas tan jóvenes podían atraer a tanta gente a encontrarse con Jesús”

“Me emocioné mucho sobre todo con un joven de 14 años, que sin tener muy claro si creía o no en Dios, decidió entrar con sus amigos. Cuando se marchaban, este chico volvió a entrar y se quedó rezando y, después de un buen rato, se acercó a confesar. Me sentía como si fuera la señal que muchos esperan de Dios para poder acercarse a Él”, explica Julia una adolescente sevillana que participó hace unos días en un apostolado llamado “Una luz en la noche”. Para ella, era la primera vez que colaboraba y “no sabía muy bien en qué consistía, pero cuando comenzamos a hablar con las personas me sorprendí mucho. No me podía imaginar que chicas tan jóvenes podían atraer a tanta gente a la capilla”.

Una luz en la noche se organiza desde hace cuatro años y es similar a Solnight, como se le denomina en otros lugares. En Sevilla tiene lugar en la capilla de Santa María de Jesús, más conocida como ‘la capillita de la Puerta Jerez’, en pleno centro de la capital andaluza. Aquí, los jóvenes misioneros invitan a las personas que pasan por la calle a entrar a visitar al Señor, dejar a sus pies una vela encendida y una intención por la que los adoradores rezarán. Después deben coger un papel que está en una cesta al otro lado del altar con citas del evangelio. La noche en que se organizó esta actividad hacía muy mal tiempo y había partido de fútbol de la selección española, pero a pesar de eso se encendieron unas 500 velas.


“La experiencia ha sido increíble –cuenta Inés-: ver cómo personas al acercarse al altar donde está Nuestro Señor expuesto, se emocionan, empiezan a llorar... La que más me impactó –continúa- fue una chica que nos dijo que tenía prisa, pero al final entró un momento para dejar su petición. Al hacerlo cambió de opinión y se quedó media hora rezando… Al salir nos dio las gracias con una gran sonrisa que no voy a olvidar nunca”.

Rocio, otra de las jóvenes que participaron esa noche, cuenta a LomásRC que “después de terminar estaba sin palabras. Llegué sin saber qué iba a pasar, y conforme avanzaba la noche un montón de milagros ocurrían: la gente te da las gracias, personas que no sabían que es una adoración, otras que nunca habían entrado en una capilla... Pero, sobre todo, me quedo con la suerte de tener esta cercanía con Dios, que otros desconocen. ¡Súper repetible!”.

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