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22 de marzo de 2017

Nueva visita de ‘Madrid, ciudad de milagros’: en este monasterio, hace 14 años, la beata Mariana de Jesús curó milagrosamente a una niña con cáncer

El Monasterio de las Madres Mercedarias de don Juan de Alarcón ha sido la última visita que ha hecho la iniciativa de la sección de adultos de Almagro y el Encinar de visitar lugares sagrados de Madrid en donde han ocurrido milagros. Hasta allí acudió un grupo acompañado por el P. Ferrán, L.C., y en donde la Madre María Ángeles Currós (en la imagen en una foto de ABC), les explicó quién fue la beata Mariana de Jesús, el milagro que ha permitido abrir su causa de canonización y la historia del Monasterio.

En este lugar se custodia el cuerpo incorrupto de la beata Mariana de Jesús, copatrona de Madrid junto a san Isidro y la Virgen de la Almudena, una religiosa madrileña que fue beatificada en 1783 y que actualmente se encuentra en proceso de canonización. Se trata de un personaje importantísimo para el Madrid de la época -nació el 21 de enero de 1565 y murió el 17 de abril de 1624-, de extraordinaria santidad y que trataba con todo tipo de personas, desde las reinas de España, como Margarita de Austria o Isabel de Borbón, hasta las personas más humildes de la villa y corte.

El milagro presentado para su canonización acaeció hace 14 años, y fue la curación de una niña de apenas cinco años con un tumor de Wilms con metástasis en los pulmones.

Elena Huidobro, organizadora de la actividad, explica para LomásRC cómo fue la visita.





15 de marzo de 2017, nos recibe en el monasterio de las Madres Mercedarias la Madre María Ángeles Currós, doctora en Arte, que nos explica con la pasión que caracteriza a los que han dedicado su vida a algo trascendente y superior a ellos mismos la historia de la Orden, del Monasterio, de la iglesia y de la beata Mariana de Jesús. Currós entró en la orden en la década de los 60 y ha ido estudiando y formándose (también es restauradora) para preservar y sacar adelante todo el patrimonio del Monasterio y conseguir la canonización de la Beata. Con anécdotas divertidas y llenas de experiencia nos deleita con explicaciones que solo el tiempo ponen límite (aún así nos regaló 40 minutos en la visita).

De la fundad
ora, doña María de Miranda, nos cuenta que quedó viuda a los 18 años y ya no quiso más amor terrenal por lo que decidió fundar el Monasterio para procesar en él. La muerte se la llevó muy joven, por lo que fue su confesor el que se ocupó de la Fundación, y de ahí que el convento lleve su nombre: don Juan de Alarcón.

La Orden Mercedaria

La orden de los mercedarios nació en el siglo XIII y, poco después, la rama femenina. Se dedicaban a asistir a los cautivos y, si estos no tenían dinero para conseguir su liberación, se cambiaban por ellos, sufriendo muchos el martirio. De ahí que haya muchos santos mercedarios. En cambio de la rama femenina que no iban a tierras de infieles no hay santas, a pesar de que su labor de atención a los necesitados ha sido constante.

Son la Orden de la libertad, y de ahí su lema: “Mi vida por tu libertad”. La calle Libertad de Madrid se llama así porque por ella subían los mercedarios con los cautivos redimidos.

El templo
La iglesia, muy bien restaurada y mantenida, tiene un inmenso lienzo sobre el altar de la Inmaculada Concepción pintado por Juan de Toledo, capitán de los tercios. Es un bello ejemplo de cómo el arte fue precursor en el dogma de la Inmaculada Concepción. Hay más cuadros de santos de la Orden, como el de su fundador san Pedro Nolasco y una bonita talla de la Virgen de la Merced.

La Beata nació en 1565 y murió en el 1624. Entre ella y Madrid hubo un amor recíproco. En los archivos de la época de todas las parroquias de Madrid se puede leer como fue madrina de niños de todas las clases sociales. También fue la precursora de los Jueves Eucarísticos. El amor a los demás y sus obras hicieron que el pueblo y el Ayuntamiento de la Villa pusieran en marcha la beatificación.
Fue tal la importancia para la ciudad a lo largo de la historia, que la Beata Mariana tiene una plaza con su nombre, una parroquia (la primera que se abrió tras la guerra civil), un hospital y un colegio. También hubo, tal como relató a Currós el entonces alcalde de Madrid Tierno Galván, dos esculturas en el Ayuntamiento: una presidia la sala de Juntas y otra en la Capilla.

En la primera Puerta de Alcalá, que mandó derribar Carlos III, había un busto de la Beata, ya que era la puerta por la que entraban los mercedarios con los cautivos redimidos.




Proceso de canonización
Precisamente, el milagro presentado para su canonización es la curación de una niña de cinco años, Mireia, con un tumor de Wilms con metástasis en los pulmones, un cáncer en estadio IV, hace 14 años. Después de haberle extirpado el riñón y comenzado la radioterapia, la niña atravesó un “proceso infeccioso complicado”, ha relatado Currós.

“El padre Urrutia, gran devoto de la Beata Mariana, ya fallecido, le dio la primera comunión y la confirmación”, tras lo cual, esa misma noche, Mireia fue llevada ante el altar de la Beata Mariana. Curros, quien estaba presente, ha recordado que se quedó “muy impresionada” por el estado de la niña, “una niña que moría”. Por su parte, los padres rezaron y se marcharon con novenas y estampas. Al poco tiempo, la familia de Mireia avisó a Curros de que estaba curada y de que su mejoría había empezado al salir de la iglesia de las MM. Mercedarias de don Juan de Alarc
ón.

Para la Canonización, las Madres Mercedarias están pidiendo apoyo de instituciones y están recogiendo firmas, por supuesto ¡todos firmamos encantados!


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