“En aquellos jóvenes vi algo tan profundo, una ganas de estar para los demás, para los que les necesitaban, que, de repente, me impactó y me entraron las mismas ganas. Fui contagiado por aquel grupo de jóvenes universitarios que, en lugar de pasar todo el verano en la playa, se lo dedicaron a una gente que ni siquiera habían visto en su vida.”
“Fue para mí una muestra perfecta de cómo Dios va guiando a cada uno hacia el camino de la santificación, no sin apoyarse como puente en otras personas (misioneros). Es una pena que en nuestro mundo la tarea misionera, al no estar en el mercado no tiene la apreciación que le correspondería. Yo que he vivido y gozado las consecuencias transformadoras de una tarea misionera, quiero serlo, misionero, todos los días de mi vida, porque entendí en el 2013 que las misiones son al final el latido del corazón de Dios”.
“Hoy soy parte de la familia del Regnum Christi para seguir viviendo con más fuerza en aquello que creo, y no me arrepiento de ello. No me arrepiento de que Dios haya llamado a mi puerta, no me arrepiento de haber recibido un don. Por tanto, tengo ganas y muchas de hacer llegar aquéllo que me ha sido dado con gratuidad".
Se lo debo a aquel grupo de jóvenes misioneros,
Se lo debo a aquél sacerdote,
Bendito sea Dios.
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